- Jue, 25 Oct 2012, 09:18
#412713
Cuando inicialmente me planteo esta cuestión lo que me sale instintivamente es que sí, que por supuesto los pediatras deberían saber de lactancia, y mucho, puesto que forma parte fundamental del bienestar del bebé. Me parece lamentable la cantidad de historias que oigo de primera mano donde la lactancia fracasa porque el pediatra ha dicho que el bebé "no coge peso", o "tu leche no alimenta" (esta frase particularmente me mata, no puedo con ella), o "el bebé llora porque no tienes leche, eso es porque no te ha subido", sin molestarse en buscar nada más que explique lo que le pasa al bebé, si es que le pasa algo, porque esa es otra.
Sin embargo, cuando me paro a reflexionar, pienso: en realidad la pediatría abarca desde recién nacido hasta (ahí patino, no lo tengo claro) los 14 años? Y entiendo que hay muchas cosas que deben conocer, por lo que no pueden ser expertos en todas ellas, lo dice alguno de los artículos que ha puesto Mon. Vale, eso es comprensible desde mi punto de vista. Yo no le pido a mi médico de cabecera que sea experto en nutrición, para eso ya hay un especialista. Y entonces, ¿porqué para los bebés no hay un especialista? Claro que lo hay, las asesoras de lactancia. Pero por desgracia no se ven muchas en las consultas de la seguridad social ni en los hospitales, y es que no están en la categoría de médicos, con todos los pros y contras que esto pueda tener. Creo que habría que buscar una manera en la que pediatras y asesoras de lactancia pudieran colaborar sin que cada uno piense que se están metiendo en el campo del otro, que cuando das a luz en el hospital, igual que hay un ginecólogo para verte a tí, y un pediatra que controle al pequeño, debería haber también OBLIGATORIAMENTE una asesora de lactancia, que garantice que la mamá y el bebé tienen un inicio de lactancia como dios manda, que ayude con técnicas y consejos que permitan dar un poco de seguridad a la recién mamá. Cuando vas a hacer una revisión del bebé, debería estar el pediatra/enfermera para controlar ciertos aspectos, pero también una asesora de lactancia, porque bajo el supuesto de que la lactancia materna debe ser el principal alimento durante los primeros años, y el exclusivo durante los primeros meses, lógicamente también hay que controlar y ayudar en ese aspecto.
Quizás ese es uno de los problemas, que la lactancia materna está considerada como una opción que toman unas pocas (pobres locas), mientras que la lactancia artificial es lo común, lo habitual, y eso hay pocas dudas: se ve perfectamente la cantidad de leche que toman, la posición es apenas un problema, la tetina no sufre de obstrucciones ni infecciones... Entonces, para una opción tan minoritaria como la lactancia natural parece que no merece la pena cambiar el sistema sanitario... Aunque por suerte creo que esto va cambiando, a un ritmo demasiado lento, desesperadamente lento.
Otra opción que se me ocurre para salvar la situación es que existiese algo parecido a una especialización de pediatría de bebés, es decir, que el pediatra que atiende a los bebés tenga una especialización diferente al que atiende a los niños. A lo mejor acabo de decir un disparate, pero se me ocurre que las necesidades de unos y otros son diferentes, y quizás así se solucionase este farragoso asunto, y en la formación de pediatría de bebes pudieran dedicar un tiempito más a la lactancia.
Muchas veces me he preguntado dónde tendría que recurrir en caso de un problema tetil... Las mamás que damos pecho nos encontramos que es complicado encontrar quien te atienda adecuadamente en este tipo de casos, por ejemplo, si sospechas de infección y te tienen que hacer un cultivo, o tienes una mastitis. He visto como mamás con estos problemas son mareadas por unos y otros y terminan desesperando y creyendo que la única solución es destetar.
Como experiencia personal, tengo que contar que yo con mi pediatra no puedo estar más contenta. Es sensata, prolactancia y pro crianza con apego. Me ha dado ánimos con la teta cuando más lo he necesitado, y me ha alentado a continuar. Por desgracia, creo que no es lo común. En el hospital, cuando dí a luz, una de las pediatras me tachó de "obsesionada con la teta" y que "me habían sorbido la cabeza"... Menos mal que la mandé a tomar viento, pero precisamente ese tipo de profesionales son quienes deberían replantearse su vocación.
Vayaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa tocho!!!!
Lo siento!