- Sab, 11 Abr 2009, 14:59
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Montse, de esto se ha escrito mucho mucho, y por más q leo experiencias desagradables de otras mamis, no dejo de estar cómoda con las salas de lactancia de mi entorno en general. Claro está q algún día me he encontrado con alguna "cutre", lúgubre y maloliente, pero no es lo habitual en mi entorno.
La primera vez q salí con Nahia a un sitio q no fuera el hospital fue al centro comercial Artea de Leioa a comprerle algo de ropita, y como siempre me encontré con que tenía q darle la teta y no se despertaba, asi q me la tenía q sacar con el sacaleches y metérsela con una jeringuillita
. La sala de lactancia me salvó, tenía enchufe, agua, calefacción para estar con mi pecho fuera sin estar incómoda... todo lo q necesitábamos. Una experiencia q se me estaba convirtiendo en algo horrible y angustioso, porque no veía cómo darle de comer, se tornó en satisfactoria.
Despues de esa vez las he usado muchas veces, bien para cambiarle, porque tienen calefacción, o bien para darle de comer. En cualquier caso no me las tomo como algo obligatorio, si no como un servicio más por el q siempre me siento agradecida chicas
Entiendo q a veces huele a pañal sucio, y q otras veces no están tan limpias como me gustaría, pero en conjunto siempre he pillado sillones confortables, salas limpias y bien iluminadas con posibilidad de regularles la luz, calefacción y todo lo q necesitamos mi peque y yo.