Aunque en realidad la verdadera protagonista hoy es Alexia, la peque de la casa, que es la que cumple 3 añitos de vida. Tras un parto bastante natural vino a mis brazos (¿dónde mejor iba a estar?) y pudo tomar su pecho en la primera media hora de vida. No dudó en aferrarse a él y en agarrar mi mano con su minúscula manita, mirándome con grandes ojos.
Esa bebita con cabecita pelusona, indefensa y tierna es ahora una intrépida niña, parlanchina, muy activa, independiente, cómica y entrañable. Es mucho lo que sucede en tres años y me alegra no haberme perdido ninguno de esos fantásticos momentos en los que dan cada pasito en el camino del crecimiento, me siento satisfecha de haberme volcado en atender sus necesidades nutritivas y emocionales como mejor he sabido hacerlo y, la imagen que me devuelven mis ojos, me demuestra que tanto amor, tanta entrega y dedicación ha dado buenos frutos.
Vivimos en un mundo acelerado, en donde todo son trabajos, prisas, carreras a contrarreloj...y las mujeres debemos de ser madres, esposas, amantes, hijas, hermanas, trabajadoras, amigas, amas de casa...y, evidentemente, es imposible dar el cien por cien en todo. Somos seres humanos, no máquinas. Así que al final hay que establecer las prioridades. Yo no sé si para todo el mundo es la elección adecuada, y es evidente que cada situación, experiencia y momento de la vida pide que vayamos turnando las prioridades para que todas nuestras parcelas de la vida queden debidamente atendidas, pero creo que siempre que nos sea posible y nosotros consideremos que es lo correcto, los hijos han de estar en la cabecera de la lista, son quienes más nos necesitan.
Hay quien decide ser madre joven, perderse un poco la juerga nocturna, los viajes en pareja, etc. pero luego disfrutar en la siguiente década y recuperar el tiempo (que en realidad, no es un tiempo perdido, sino invertido en los frutos que hemos sembrado y cosechado). Y hay quien decide disfrutar al máximo la juventud, deleitarse con la vida en pareja, conocer mundo...y luego tener los hijos.
Ambas opciones son fantásticas y, en realidad, es lo mismo invirtiendo el orden. Hay sitio para el disfrute y sitio para la maternidad. Dependiendo de nuestra situación personal, ideales, circunstancias, etc. veremos por cuál debemos optar. Yo siempre, desde pequeña, quería ser madre. Me encantaban los niños y si con 18 años el novio formal que tenía en vez de 15 años hubiera tenido 20 y le habrían gustado las criaturitas (no era el caso) me habría lanzado a ser madre.
Pero no retrasé tanto mi deseo porque con 20 años conocí al hombre que ahora es mi marido, tras cuatro meses de noviazgo decidimos irnos a vivir juntos y seis meses después empezábamos a buscar un embarazo que al mes siguiente se logró. A una semana de cumplir los 22 años, mi hija mayor nacía. Y cuatro años más tarde, lo hacía la pequeña. Así que con 29 años recién estrenados ya tengo una reina de 7 años y una princesa de 3. Ahora mi siguiente deseo es ser abuela a los 45 años pero no depende de mí que se cumpla.
La maternidad es una experiencia tan maravillosa que no se puede describir y ver cómo tus hijas se crían del modo más natural posible es algo impresionante. Hace siete años ni mucho menos me planteaba llegar hasta aquí, como ya os conté hace un mes cuando mi hija mayor celebró su cumpleaños:
http://groups.msn.com/Lactanciamaternaprolongada/general.msnw?action=get_message&mview=0&ID_Message=33475&LastModified=4675678715909685625
http://www.scribd.com/doc/3264242/Experiencia-Lactancia-Muy-Prolongada
Pero las cosas muchas veces suceden sin que las planeemos, dejando pasar el tiempo, disfrutando la experiencia...En este largo camino en lactancia y, en general, de crianza natural (mucho apego, colecho, empatía, atención a las necesidades, educación instintiva) me ha sido de gran ayuda ir encontrando a personas que me han apoyado, me han ofrecido su ayuda y sus palabras de aliento. Y, ante todo, me han infundido seguridad para seguir un camino por el que yo caminaba hacía tiempo guiada por mi corazón, yendo contracorriente a los consejos de familiares, amigos y conocidos (tuve bastante suerte con la pediatra).
Lo más relevante de la lactancia en tándem ha sido la enorme conexión emocional que se ha creado entre las dos hermanas, la ausencia completa de celos, la óptima salud de las niñas y la sensación de que con dos senos maternos y mucho instinto se puede dar mucho y recibir aún más.
No sé cuánto tiempo nos queda por delante, pero yo ya soy más que feliz por haber llegado hasta aquí y por no haberles cerrado una puerta que ellas aún quieren que siga abierta. Seguramente a la mayor le quedan unos meses, pero no dudéis que si las cosas no cambian dentro de un año os vengo a contar los 4 años de lactancia
No puedo dejar de mostraros multitud de imágenes que resuman las consecuencias positivas de haber dado el pecho, de haber entregado mi corazón a dos maravillosas personitas y que concentren estos tres maravillosos años en los que mis hijas me han hecho descubrir lo infinito que es ser MADRE (a mi marido ser PADRE, también en mayúsculas). Las tenéis, debajo de este mismo texto, colgadas aquí:
http://groups.msn.com/Lactanciamaternaprolongada/general.msnw?action=get_message&mview=1&ID_Message=34338
Gracias a todos los que habéis estado ahí.
Désirée Sanz