Después del tratamiento, Berta seguía rechazando el pecho, así que en vista de que perdía peso, el médico nos dio LA para ayudar, dada en vasito o con cuchara, unos 30 ml por vez.
Quiero aclarar que nuestro pediatra es colega de Carlos Gonzalez, el Dr. Luis Ruiz, por lo que la lucha por mantener la LM es indudable.
Con la ayuda, Berta sigue sin ganar peso. Ayer me saqué un poquito de leche (no consigo grandes cantidades por mucho que lo intente, la teoría del Dr. es que estoy bloqueada por el miedo y la preocupación) y cual fue mi sorpresa que al ofrecersela ponía unas caras de asco tremendas.
A última hora acudimos al pediatra y su teoría es que, como yo tomo muchos lácteos, Berta tiene alergia a la proteína de vaca y por eso no tolera mi leche y además no engorda con la LA.
El caso es que llevamos demasiado tiempo así y estoy desesperada. La semana pasada creí que todo mejoraba porque había ganado 80 gramos, pero ayer, al pesarla había perdido 20.
Ya sé que no son perdidas excesivas, pero no imaginais lo que me duele acudir al bibe (el vaso ya no lo quiere y tomas de 180 a cucharitas son interminables, se cansa y no para de llorar y escupir la leche) y ver que ni así engorda.
Encima tengo a mi madre y mi hermana apostando sin tregua por la LA, con frases del tipo "si el pediatra te convence de usar bibe, no te sientas mal". LLevo varios días evitandolas, pero cada vez me siento más sola y veo que esto no solo no se acaba sino que se alarga.
Suerte de mi chico, su apoyo y confianza son lo mejor, junto con Berta, que no para de reír, a pesar del habre que debe estar pasando.
En fin que si alguna habéis pasado por una situación similar y teneis algún consejo o sugerencia, os lo agradeceré eternamente.
Gemma