No tengo soluciones para darte, más que nada porque de la LM de mis dos hijas he aprendido que cuesta menos dar el pecho a la primera y sin rechistar, que intentar entretener, disgustar al niño, terminar dando el pecho igual, y a lo mejor hasta enfadarse un poquito. Recuerda que tu leche no sólo es alimento, es también cariño, contacto físico, compañía, consuelo, calorcito... mmmm... ¿Por qué resistirse? Más aún cuando ha pasado horas echándote de menos.
Vaya ayuda que soy. Me apunto a los adorables pucheros de tu hijo.
Por cierto, edito para decirte que me acabo de fijar en tu edad y que te felicito por el esfuerzo que estás haciendo, estudiando y dando el pecho a tu hijo.... ¡¡¡¡¡¡Eres una campeona!!!!!!! (La primera vez entendí que dabas clases en un instituto, soy una atolondrada)
Gabriel Miró