- Vie, 21 Dic 2007, 19:00
#224197
Hola guapa!!!
Esto no cambia, eh??? Las mamás que damos pecho tenemos que dar explicaciones siempre...
Te adjunto un artículo que está publicado en la web de ALBA-LACTANCIA MATERNA, te puede dar ideas para escribir la carta a la Dra. , a ver si aprende !!!
AMAMANTAR DESPUÉS DEL PRIMER AÑO
"¡¡¡¿Ya camina y todavía le das el pecho?!!!"
Aportes desde el ámbito de la Psicología a la discusión sobre la lactancia prolongada
A modo de introducción
Si bien la Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva hasta alrededor de los 6 meses y la Lactancia materna complementaria hasta el 2° año de vida del niño (1995; 1998), y la American Academy of Pediatrics lactancia materna completa hasta los 6 meses y lactancia materna al menos 1 año (1997) es muy común escuchar a madres que amamantan a sus bebés relatar historias como las siguientes :
...”el papá de mi bebé solicitaba llevarlo de vacaciones en el verano cuando tuviera 1 año cumplido y yo no acordé alegando que posiblemente tome el pecho aun en ese momento. Entonces la abogada del padre me preguntó: ¿Pero hasta cuando pensás darle el pecho?”
...”muchas mamás nuevas en el grupo de apoyo con bebés pequeñitos cuando ven mamar a mi hijo con 26 meses se asustan y preguntan ¿Pero hasta cuando hay que dar el pecho?”
...”dentro de unos meses el niño comenzará a ir al colegio y sus padres temen que pueda ser ridiculizado por otros niños o por adultos al conocer que sigue mamando”.
...”el tema en cuestión es la dependencia madre-bebé/bebé-madre cuando la lactancia se prolonga más allá de los 2 años. Me gustaría saber si realmente hay estudios realizados al respecto porque no conozco los argumentos por lo que pudiera existir esa dependencia y si me lo rebate una psicóloga (como nos ha pasado) me encuentro en inferioridad de condiciones”.
....”conozco a dos mamás de mi zona de salud que están amamantando a niños de más de 2 años. Nunca lo hacen en público, pero inevitablemente en un pueblo todo se sabe y la gente habla de estas mamás “en corrillo”. Los más allegados las incordian más directamente advirtiéndoles de variados peligros para la salud de sus hijos”.
Estos comentarios reflejan no sólo el desconocimiento de las recomendaciones antes mencionadas sino además una actitud generalizada por parte de la sociedad de no aceptación de la lactancia materna como la forma natural de alimentación de los niños por lo menos hasta el segundo año de vida.
Lamentablemente esta actitud no es exclusiva de la red social de las madres que optan por la lactancia prolongada sino que también se observa en algunos profesionales del equipo de salud, actitud que se refleja en comentarios como los siguientes:
... “dar el pecho sólo está indicado hasta el 6° mes y a partir de ahi se torna psicológicamente perjudicial para el niño si no se lo desteta a tiempo. ”
...”una eminente psiquiatra dice por aquí a sus alumnos universitarios que, según Freud, los bebés a partir de los 7 meses se deben ir destetando, que dar el pecho más tiempo es una autentica aberración y que numerosos estudios demuestran que eso provoca dependencia y graves enfermedades psiquiátricas incluyendo la homosexualidad”.
... “en un momento habló de la importancia de la lactancia materna, pero cuando llegó el momento de hablar de la duración de la misma, argumentó que sólo se debía extender hasta el año, porque si se hacía por más tiempo habría en ese niño un peligro latente muy importante de caer en la adolescencia en alguna adicción a las drogas, ya que la lactancia más allá del año pasa a ser para el niño algo netamente adictivo”
.....”un doctor que apoya “mucho” la lactancia materna me recomendó destetar a mi hija, porque eso a la larga traería muchos efectos psicológicos a ambas...”
Las ventajas de la lactancia materna han sido ampliamente discutidas, demostradas y aceptadas por los profesionales de la salud, sin embargo cuando se habla de la duración de la misma aún es actual la discusión sobre los posibles efectos negativos de la misma si se prolonga más allá del año. Alguno que otro profesional planteará su duda acerca del valor nutricional de la leche materna a esta altura de ala vida del niño, pero la mayoría re referirá a los efectos perjudiciales de la lactancia prolongada sobre su desarrollo psicológico.
A menudo, y como lo observamos en uno de los comentarios presentados anteriormente, se cita al Psicoanálisis y concretamente a Freud para argumentar la necesidad del destete antes del año. En las Obras Completas Freud nombra 18 veces la lactancia y 5 el destete y aunque no plantea una determinada edad para el mismo, parece claro que considera poco tiempo 6 o 9 meses, y que incluso 11 meses le parecen un destete precoz (Wajnbuch, 1999). Asi mismo, en estudios de tipo empirico como el realizado en Nueva Zelandia por Fergusson y colaboradores (1987) se observó que si se controlan una serie de variables de confusión, no existe evidencia para sostener que la lactancia materna prolongada se asocia con problemas de desajuste social en niños de 6 a 8 años de edad. Además demostraron que estos niños, amamantados en forma prolongada, cuando llegan a la edad de 15 a 18 años presentan mejores niveles de apego a sus padres y consideran a sus madres menos sobreprotectoras pero que se ocupan más de su cuidado, si se los compara con jóvenes que cuando bebés fueron alimentados artificialmente (Fergusson et al. 1999).
Es interesante observar que a pesar de que existen una cantidad de documentos que demuestran que la lactancia prolongada no es perjudicial para el desarrollo emocional de los niños, en general quienes se manifiestan en contra de la misma los desconocen, o refieren conceptos de reconocidos teóricos de la Psicología y la Psiquiatría que nunca fueron formulados, o mencionan “una serie de estudios” o “demostraciones científicas” sobre el efecto perjudicial de la lactancia materna más allá del primer año, pero no ofrecen los nombres de los investigadores, ni las características del estudio, ni los datos obtenidos.
Sin embargo llama la atención que la misma actitud de desconocimiento no es aceptada si la que no ofrece datos concretos que demuestren el efecto no perjudicial de la lactancia prolongada es la mamá o un profesional del equipo de salud comprometido con la lactancia materna. La misma mamá que relata que su doctor le recomendó destetar a la hija porque traería muchos efectos psicológicos a ambas agrega:
....” nosotras las madres que amamantamos tenemos que justificar constantemente por qué lo hacemos. Prometí enviarle información, pero... es responsabilidad de las madres actualizarlos? Hasta cuando tendremos listas semanales de personas a quienes enviarles información para justificar nuestra lactancia prolongada? Y... si no les envías información... pensarán que no la tienes? O que no la encontraste en ningún medical research?”
Esta sensación de tener que justificar constantemente la desición de continuar amamantando a niños que ya no son bebés no es aislada y no son pocas las madres que hacen comentarios como el anterior:
....”pareciera que las madres que amamantan a sus hijos deben dar explicaciones continuamente. Primero porque deciden amamantar y luego si esa lactancia se prolonga más allá del año. Ni hablar después de los 2 años en que la pauta cultural imperante en la sociedad lo considera directamente anormal.”
....”una mamá ha tenido que pegar en su frigorífico un artículo sobre la lactancia materna en el que aparecen entre otras cosas las recomendaciones de la OMS. ¡A ver si ahora me dejan en paz! Me dijo.”
Más datos objetivos
A continuación se presentan una serie de datos relacionados con un grupo de niños (N = 221) en los que se habían estudiado las características de comportamiento a los 4 años. En esta presentación se comparará el grupo de niños que fué amamantado por más de un año (N = 46) con el resto del grupo en relación a su comportamiento. En la ciudad de Córdoba, Argentina, se lleva a cabo desde el año 1993 un proyecto integral ( el Estudio CLACYD -Córdoba, lactancia, alimentación, crecimiento y desarrollo-) orientado al análisis y la intervención en todos los aspectos concernientes al proceso salud-enfermedad maternoinfantil. La estrategia del Estudio es longitudinal prospectiva: se tomó una cohorte de niños desde su nacimiento, y se acompañó su crecimiento y desarrollo hasta la edad de 5 años indagando además diferentes aspectos de la alimentación, los procesos de salud-enfermedad de los mismos y la salud reproductiva de sus madres a lo largo de esos años (Sabulsky y cols. 1995, CLACYD, 1997). Los datos fueron obtenidos mediante visitas domiciliarias en las que se realizó una encuesta para registrar diversas variables de tipo sociodemográfico y se aplicó un cuestionario por medio del cual indagaron diferentes aspectos del comportamiento de los niños.
Es importante destacar que los grupos comparados no se diferencian significativametne en relación al sexo de los niños, ni a la pertenencia a un estrato social determinado ni a la edad de las madres. En el cuestionario sobre las características del comportamiento se incluyeron preguntas relacionadas con la atención y la actividad, con hábitos de independencia, con conductas sociales problemáticas y de tipo funcional (referidas a la alimentación, al control de esfínteres y al sueño) y con aspectos emocionales (como tendencias depresivas o temores). Las posibles respuestas a cada una de las preguntas fueron: la conducta no es cierta en el caso de mi hijo, la conducta es cierta a veces o la conducta es muy cierta.
Para los análisis que aquí se presentan se tomaron del total de conductas evaluadas sólo 26 cuya presencia a los 4 años se considera problemática. Las mismas y el porcentaje de niños de uno y otro grupo que presentan cada una de las conductas se describen en la tabla 1. Como puede observarse, el porcentaje de niños amamantados que presentan cada una de las conductas referidas no es significativamente mayor que el porcentaje de niños que fué amamantado por menos de ese tiempo. Por el contrario en relación al temor a los animales, al sentimiento de que nadie lo quiere y a los dolores de cabeza sin causa orgánica, el porcentaje de niños con lactancia materna superior al año que presenta esta conducta es significativamente menor que el del resto del grupo.
Tabla 1: Porcentajes de niños que presentan las siguientes conductas, según duración de la Lactancia Materna
1) Es distraído. LM un año o menos - 34.2,LM más de 1 año - 33.3.
2) Es hiperactivo.LM un año o menos - 66.7,LM más de 1 año - 74.4.
3) Es dependiente.LM un año o menos - 66.0,LM más de 1 año - 60.0.
4) Es peleador.LM un año o menos - 37.4,LM más de 1 año - 40.0.
5) Exige mucha atención.LM un año o menos - 71.2,LM más de 1 año - 76.1.
6) Conductas destructivas (lo propio).LM un año o menos - 36.3,LM más de 1 año - 34.8.
7) Conductas destructivas (lo ajeno).LM un año o menos - 23.8,LM más de 1 año - 26.7.
8) Desobediente.LM un año o menos - 71.4,LM más de 1 año - 66.7.
9) Problemas para comer.LM un año o menos - 46.9,LM más de 1 año - 37.8.
10) Temor a los animales.LM un año o menos - 63.9,LM más de 1 año - 47.8.
11) Sentimiento de que nadie lo quiere.LM un año o menos - 37.4,LM más de 1 año - 20.9.
12) Impulsivo.LM un año o menos - 66.2,LM más de 1 año - 67.4.
13) Miente.LM un año o menos - 49.0,LM más de 1 año - 58.1.
14) Se come las uñas.LM un año o menos - 25.9,LM más de 1 año - 25.0.
15) Pesadillas.LM un año o menos - 29.2,LM más de 1 año - 27.3.
16) Temeroso.LM un año o menos - 51.4,LM más de 1 año - 38.1.
17) Dolores de cabeza (sin causa orgánica).LM un año o menos - 15.1 *,LM más de 1 año - 2.4 *.
18) Dolores de estómago (sin causa orgánica).LM un año o menos - 19.2,LM más de 1 año - 28.6.
19) Gritón.LM un año o menos - 72.6,LM más de 1 año - 72.7.
20) Tímido.LM un año o menos - 57.1,LM más de 1 año - 61.4.
21) Testarudo.LM un año o menos - 70.7,LM más de 1 año - 63.0.
22) Pataletas.LM un año o menos - 56.2,LM más de 1 año - 59.1.
23) Mal dormir.LM un año o menos - 19.9,LM más de 1 año - 21.7.
24) Triste.LM un año o menos - 16.5,LM más de 1 año - 20.5.
25) Enuresis diurna.LM un año o menos - 6.9,LM más de 1 año - 4.5.
26) Enuresis nocturna.LM un año o menos - 23.1,LM más de 1 año - 18.2.
* p<.05
Profundizando la comparación, resultó interesante observar el total de conductas problemáticas que presentaron los niños de uno y otro grupo. Para no reducir el valor diferencial de las respuestas dadas por los padres, o sea para mantener la diferencia entre los niños en los que la conducta es a veces cierta y aquellos en los que la conducta es muy cierta, se realizó una ponderación de las respuestas, valorándose con 0 la no presencia, con 1 punto a la primera respuesta y 2 puntos la segunda. Con estos valores se contruyó una nueva variable aditiva que expresa el total y la gravedad de conductas problemáticas que presenta cada niño. El valor mínimo observado en la misma es 1 y el máximo 40, lo que significa que nigún niño obtuvo el puntaje máximo (es decir “la conducta es totalmente cierta”) en la totalidad de los items, como tampoco ningún niño obtuvo el valor 0, o sea que la totalidad de la muestra presenta por lo menos en una de las conductas evaluadas el valor mínimo (es decir “la conducta es en parte cierta”). En este aspecto tampoco se observaron diferencias significativas comparando las medias presentadas por ambos grupos de niños: 18,5 para los niños amamantados hasta 1 año y 18 para los amamantados por más de 1 año. A pesar de esta similitud en el valor de la media, resulta sumamemte interesante observar que la distribución de los valores entre ambos grupos es diferente. Para ello se reagrupó la variable del total de conductas presentes en 2 categorías: leve presencia de conductas problemáticas ( desde el mínimo valor observado hasta el valor de la media menos 1 desviación estándard), y fuerte presencia (desde el valor de la media más 1 desviación estándad hasta el máximo valor observado). Aquí vemos que si bien en la categoría leve presencia los porcentajes son relativamaente similares (12,9% de los niños del grupo de amamantados hasta 1 año versus 15,2% de los niños del grupo de amamantados por más de 1 año), en la categoría fuerte presencia el primer grupo duplica al gupo de niños con lactancia materna prolongada: 17% versus 8,7% (gráfico 1 – En versión para descargas).
Reflexiones finales
A pesar de que existen datos que demuestran que los niños amamantados por más de un año no tienen más problemas de tipo psicológico que los niños que no lo fueron, se mantiene en la sociedad y entre muchos profesionales de la salud la creencia de que la lactancia materna prolongada es perjudicial. Sin embargo, resulta muy dificil, si no imposible, pensar que las personas que se manifiestan en contra de la misma tienen la intención de perjudicar al niño o a su madre cuando pronostican y previenen sobre las terribles consecuencias de continuar amamantando después del año. Frente a esta situación cabe entonces preguntarse: ¿Cuál es el orígen y el motivo de tal actitud, si como hemos visto, existen incluso documentos que confirman la ausencia de tales desventajas? A lo largo de los años y por influencias de tipo social, económico y científico se ha ido perdiendo en nuestra sociedad la cultura de la lactancia materna. Mensajes erróneos que sostienen que los sustitutos de la leche materna son tan buenos o mejores que ella, rutinas hospitalarias que dificultan la práctica de la lactancia, desconocimiento sobre sus beneficios, falta de apoyo social y de asesoramiento adecuado, necesidad cada vez mayor de la incorporación de la mujer al mercado laboral y una imágen idealizada de la figura de mujer, fueron algunos de los motivos que contribuyeron a que cada vez fuera más extraña la imágen de una madre amamamantando a su hijo durante largo tiempo, hecho que pudo haber contribuído a la creencia del efecto perjudicial de la lactancia prolongada. Esto permite interpretar la desvalorización y la actitud negativa hacia ella como una actitud evidentemente cultural. Nuestra responsabilidad y desafío como profesionales del equipo de salud es informar certeramente a la sociedad en general y a las familias en particular de los beneficios conocidos de la lactancia materna, difundir la información obtenida científicamente relacionada con ella y apoyar a las familias a que deciden mantener la lactancia materna más allá del primer año de vida, colaborando no interfiriendo en el proceso natural de destete de cada niño.
Lic. Patricia Trautmann-Villalba
Fundación CLACYD. Cordoba. Argentina
Bibliografía
American Academy of Pediatrics, Work group on Breasfeeding (1997): “Breastfeeding and the use of human milk”. Pediatrics 100: 1035-1039.
CLACYD (1997): “Perfiles epidemiológicos de alimentación, crecimiento y desarrollo en los 2 primeros años de vida.”. Estudio CLACYD , Publicación Nº 2, Córdoba:Ed. Eudecor. Fergusson, D.; Horwood, L.; Shannon, F. (1987): “Breastfeeding and subsequent social adjustment in six- to eight-year-old children”. Journal of Child Psychology and Psychiatry 28: 379-386.
Fergusson, D.; Woodward, L. (1999): Breast feeding andl later psychosocial adjustment”. Pediatr and Perinat Epidemiol 13: 144-157.
Huggins, K.; Ziedrich, L. (1994): “The nursing mother´s guide to weaning”. Boston: Hardvard Common Press. Sabulsky, J. y cols. (1995): “Alimentación en el primer mes de vida por Estratos sociales, Córdoba. Argentina.” Bol Of Sanit Panam 119 (1): 15-26. Wajnbuch, S. (1999) “La lactancia de Freud”. Lactancia materna 5 (1): 2.
World Health Organization (1995) „The World Healt Organization’s infant-feeding recommendation“. WHO Weekly Epidemiological Record 17:117-220. World Health Organization (1998) „Complementary feeding of young children in developing countries: a review of current scientific knowledge“. WHO/NUT/98.1, Geneva.
Que vaya bien!!! Un beso!!
LA FELICITAT ABSOLUTA: tenir la meva filla als braços alletant-la. Gràcies per aquests dos anys!!! La reina de casa ha estat fent metarrones durant 2 ANYS!!!