Cuando he ido a dar de mamar a Alonso me dice la cuidadora que "¡vaya cómo va a ser este!". Por lo visto todos los de su clase cuando salieron al patio se quedaron pegados a ella y medio llorando, mientras que Alonso pasaba de ella y se iba con los mayores sin parar de recorrer el patio y de jugar.
Huelga decir que de toda su clase el único que sigue pegado a la teta es Alonso, y parece ser que eso no le ha vuelto retraido, ni cobarde, ni está enmadrado ni es un niño dependiente. ¡Para que luego digan!