- Mié, 29 May 2013, 22:27
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La verdad es que nada de lo que cuentas me parece alarmante
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Los temores son normales, hasta saludables, el problema sería que la niña sintiera tantísimo miedo y a tantas cosas que eso le impidiera vivir una vida normal. Sin embargo, si tiene miedo a cosas puntuales, no tiene porque ser signo de una carencia, un trauma o un daño, ni estar producido por la sobreprotección, porque todos los niños experimentan algún tipo de miedo con independencia de la manera en las que son educados.
El miedo de por si no es malo, pero puedes ayudarla a vencerlo, si por ejemplo tiene miedo a los insectos, puedes comprar algún libro o ver con ella algún video que hable sobre el tema para normalizarlo; si le da miedo la oscuridad encender una lámpara por la noche, etc.
Si simplemente tarda en adaptarse la solución es fácil, simplemente hay que dejarle su tiempo; puedes animarla si lo crees oportuno pero te recomendaría evitar la tentación de "empujarla" hacia las cosas. Por ponerte un ejemplo, mi hijo a esa edad tenía miedo al agua de la piscina, se metía pero no quería ir adonde no hacía pie, ni siquiera en brazos. Me avasallaron a consejos del tipo lánzale al agua, apúntale a natación... no hizo falta nada de eso, al año siguiente había perdido un poco ese miedo, al otro lo había perdido del todo, a día de hoy parece un pececillo. A veces solo es cuestión de dejar que maduren y superen ellos mismos sus miedos.
Sobre la relación con el papá, lo mismo. Los niños suelen pasar por rachas de "mamitis" y otras de "papitis", la duración y la frecuencia puede ser bastante variable. Por ejemplo mi hija solo quiere estar con su padre cuando él llega de trabajar, en cambio si llora solo quiere que la consuele yo; el no querer que su padre la coja puede ser una forma de reaccionar a la separación, por lo que comenta es relativamente reciente así que igual necesita algún tiempo más para adaptarse a la situación.
Lo de las carencias es inevitable hasta cierto punto, lógicamente nuestra propia infancia acaba por dejarnos huella, para bien o para mal, pero con algo de trabajo personal podemos conseguir no repetir patrones si no queremos. Es cierto que la crianza con apego se ve "rara" desde fuera, mucha gente piensa que eso equivale a decir a todo que sí, cuando en realidad el tema no es decir que sí ni que no, sino acompañar al niño y tratar de entenderle y de ver las cosas desde su punto de vista en la medida de lo posible.
Besos.
♥ Mamá de dos polluelos que dieron forma a mis sueños y los hicieron realidad ♥
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más... Mi blog: El mundo de Kim