Lugar donde compartir el día a día de nuestros pequeños.

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por Malefica
#393197 Escribo estas lineas porque necesito ver esto con una determinada distancia para ver cómo hago o al menos leerlo y releerlo a ver si consigo cambiarlo a base de recordármelo....

Bien, llevo constantando ya desde hace un tiempo que estoy perdiendo mucha empatía con mi hijo mayor. Por el contrario he subido mi nivel de exigencia y ha bajado mi paciencia o mi comprensión o las dos cosas. Es así.

La consecuencia, le riño mucho, más de lo que quisiera. Y no sé que hacer ni con mi enfado ni con mi ira. Ni de dónde provienen realmente.... si vuelco en él algo que forma parte de mi carácter o si repito algún patrón o si ambas cosas.

Necesito pensarlo sí pero además cambiarlo. Porque no me gusto.

Miss Maléfica dixit.
"Gigoló" (vividora) de la maternidad
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por Kim
#393200 Para empezar, :117: y :23: .
Yo suelo decir que con la llegada de un nuevo miembro de la familia, todos necesitan encontrar su nuevo lugar, pero para hacerlo tienen que abandonar primero el viejo, y durante el "desplazamiento" suelen producirse los roces.
Te pasa a ti, porque ahora eres madre de dos niños, le pasa a N., porque ahora es el hermano mayor, le pasará a tu marido, y probablemente, aunque en menor medida, al resto de familiares.
Cuando nace el hermanito, de repente vemos al mayor como si de repente se hubiera hecho más mayor, como si hubiera crecido unos años en pocas horas. Sin embargo, sigue siendo un niño que necesita hacer cosas acordes a su edad, como saltar, correr, hacer ruido, saltar en la cama, tirar los cojines del sofá al suelo, cantar a voz en grito, protestar o reclamarte para que juegues con él.
A veces elige el momento menos oportuno para hacer esas cosas, por ejemplo cuando el bebé se acaba de dormir, y allí es cuando subimos el nivel de exigencia, le pedimos que se quede quieto o que juegue solo, cuando en realidad lo que necesita es todo lo contrario. Despierta al bebé y nos enfadamos porque nos había costado mucho dormirlo, luego nos arrepentimos y tratamos de compensar al mayor de todas las formas posibles.
Es una racha y es pasajera. Solo es una tormenta en el océano de la relación tan especial que habéis construido, os costará un poco aprender a remar en la misma dirección pero cuando lo consigáis vuestra relación saldrá fortalecida.
A mí me pasó algo parecido con Elías, o por lo menos me sentía como tú. No puedo darte consejos porque no los tengo, solo se me ocurre decirte que intentes facilitarle la transición, en vez de reñirle pregúntale cómo se siente, busca ratitos para estar con él a solas (son tan maravillosos que a veces se conforman con un par de minutos), refuerza esa complicidad que tenéis, poco a poco las cosas saldrán rodadas.
No sé de donde viene el enfado, pienso que a veces procede del conflicto que tenemos entre cómo somos, cómo nos gustaría ser y cómo nos ven los demás. Solo es cuestión de aceptarnos, con nuestros fallos y limitaciones, porque nuestros hijos nos quieren así aunque seamos de lo más imperfectos, y con el tiempo llegaremos a perdonarnos por las veces que no estamos a la altura.
Besos, y siento la parrafada.

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por Malefica
#393203
Kim escribió:Para empezar, :117: y :23: .
Yo suelo decir que con la llegada de un nuevo miembro de la familia, todos necesitan encontrar su nuevo lugar, pero para hacerlo tienen que abandonar primero el viejo, y durante el "desplazamiento" suelen producirse los roces.
Te pasa a ti, porque ahora eres madre de dos niños, le pasa a N., porque ahora es el hermano mayor, le pasará a tu marido, y probablemente, aunque en menor medida, al resto de familiares.
Cuando nace el hermanito, de repente vemos al mayor como si de repente se hubiera hecho más mayor, como si hubiera crecido unos años en pocas horas. Sin embargo, sigue siendo un niño que necesita hacer cosas acordes a su edad, como saltar, correr, hacer ruido, saltar en la cama, tirar los cojines del sofá al suelo, cantar a voz en grito, protestar o reclamarte para que juegues con él.
A veces elige el momento menos oportuno para hacer esas cosas, por ejemplo cuando el bebé se acaba de dormir, y allí es cuando subimos el nivel de exigencia, le pedimos que se quede quieto o que juegue solo, cuando en realidad lo que necesita es todo lo contrario. Despierta al bebé y nos enfadamos porque nos había costado mucho dormirlo, luego nos arrepentimos y tratamos de compensar al mayor de todas las formas posibles.
Es una racha y es pasajera. Solo es una tormenta en el océano de la relación tan especial que habéis construido, os costará un poco aprender a remar en la misma dirección pero cuando lo consigáis vuestra relación saldrá fortalecida.
A mí me pasó algo parecido con Elías, o por lo menos me sentía como tú. No puedo darte consejos porque no los tengo, solo se me ocurre decirte que intentes facilitarle la transición, en vez de reñirle pregúntale cómo se siente, busca ratitos para estar con él a solas (son tan maravillosos que a veces se conforman con un par de minutos), refuerza esa complicidad que tenéis, poco a poco las cosas saldrán rodadas.
No sé de donde viene el enfado, pienso que a veces procede del conflicto que tenemos entre cómo somos, cómo nos gustaría ser y cómo nos ven los demás. Solo es cuestión de aceptarnos, con nuestros fallos y limitaciones, porque nuestros hijos nos quieren así aunque seamos de lo más imperfectos, y con el tiempo llegaremos a perdonarnos por las veces que no estamos a la altura.Besos, y siento la parrafada.


Gracias Kim.

Es un defecto que me está molestando mucho encontrar en mi, después de tanto leer, de tanto creer en una crianza distinta, y diariamente veo cómo pierdo la paciencia, cómo le grito, cómo le exigo que se porte bien, que sea serio, que pare quieto.... Efectivamente, le eché, repito, le eché por lo menos un par de años más encima que no le pertenecen. Además le veo tan mayor que creo que puede.... y no, tienes razón, sigue siendo el mismo niño de hace seis meses.

No sé por qué es como si sintiera que reflexo y repito mi propia crianza, como si mi yo querido o ese yo evolucionado que creo que soy (con respecto a cómo pensaba antes de ser madre) desapareciera y diera paso a generaciones anteriores criando a través mía.

Es un tema que me "raya"... No es una actitud sana, no refleja nada bueno de mi carácter y por lo tanto Nmi hijo no puede estar aprendiendo nada bueno de mi actitud.

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por sorocu
#393235 ains ...... yo aún me siento así muchas veces. kim lo ha descrito muy bien, me siento totalmente identificada. Es una sensación muy extraña ... hoy mismo, al acostarlas, Berta siempre ha necesitado tocarme el pecho para dormirse, pues hoy, justo cuando me lo acababa de pedir, Èlia se ha puesto a llorar y la he tenido que atender, dejando a Berta solita en la cama mientras yo mecía a Èlia. Y me he sentido mal por no poder darle lo que necesitaba en ese momento, pero luego la he abrazado y se ha acurrucado conmigo y estaba tranquila y durmiendo placidamente.

KIM, tienes razón. Son tan buenos que se conforman con muy poco.

Ahora volvemos a ser novatas en muchas cosas. Tenemos la ventaja y tranquilidad de todo lo que nos han enseñado nuestros hijos mayores pero tenemos que ser conscientes que aún tenemso que aprender mucho más y es bueno cuestionarse cómo lo hacemos y poder mejorarlo. Suerte tenemos de nuestros hijos. :babas2: :babas2: :babas2:

Un beso guapa !!!

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por macasher
#393256
montseta escribió:Es un defecto que me está molestando mucho encontrar en mi, después de tanto leer, de tanto creer en una crianza distinta, y diariamente veo cómo pierdo la paciencia, cómo le grito, cómo le exigo que se porte bien, que sea serio, que pare quieto.....


Si, yo tambien he pensado esto mismo muchas veces....y muchas veces me digo a mis misma que no me gusto, que mis hijos no se merecen eso gritos, que son un sol, que son mi vida, y que no tienen la culpa de que yo este estresada.

El cansancio, el estres (ya sea por el trabajo, porque acabas de parir, porque nadie te ayuda, etc.) hacen mella en nosatras. Y que, somos humanas, y fallamos...Mon, creo que te exiges mucho, date un poco de cancha, ya te lo he dicho muchas veces. esta claro que hay que relajarse, vale, sabes lo que tienes que hacer, y estoy segura de que la mayor parte de l tiempo lo haces..pero si "fallas", si se escapa ese grito, si le riñes...pues no te machaques, mujer.

Te entiendo no sabes como...a mi ultimamente tambien me pasa (el mio es otro problema, mio personal-profesional, pero que me afecta a mi vida diaria) y a veces me siento tan mal que solo quiero llorar, y abrazarlos. El otro dia el mayor me dijo que preferia que me fuera a un culmple con el peque, porque no le dejaba hacer nada y siempre le decia que no a todo...me quede muerta.......pero sabes, no somos tan malas, somos unas madres geniales, y vale que tenemos nuestros momentos de bajon, pero encontraremos el equilibrio, la haremos seguro.

maca, conocida en al tribu como Macarena Sheridan

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Mon....ande andarás?????
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por abril2009
#393279 mon, ¿te acuerdas?, me mandaste tu fuerza y tus ánimos...
y porque a pesar de todos" los porques" y "los por qués", NO PODEMOS CAMBIAR LAS MADRES QUE SOMOS y seguiremos siendo.
Seguiréis vuestro camino, como siempre
:117: :117: muchos besos.

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por huskitos
#393345 Montse, no sé qué decirte porque en los últimos meses me veo envuelta en una marabunta de emociociones y de sentimientos en torno a mi hijo mayor que no sé cómo afrontar. Todo lo que dice Kim es cierto pero la paz que brota de sus palabras no es suficiente para la tormenta que día a día tenemos que lidiar con nuevas situaciones. Realmente no sé ni que contestarte, sólo puedo suscribir tus palabras acerca de que la empatía es menor y que cada vez nos volvemos más exigentes con ellos. Debe ser muy duro para nuestros hijos ceder una parcela tan grande de atención para el recién llegado. Antes todo nuestro tiempo y dedicación iba dirigida a ellos y ahora, por desgracia, han pasado a un segundo plano. Cada día lamento no poder pasar más tiempo con él jugando, charlando, acompañándolo...pero me es materialmente imposible. También es un duro peaje para los padres esta incapacidad para no poder acaparar a los dos como nos gustaría.
En nuestro caso, Adrián está cada día más desobediente, más cabezota, tensando las situaciones hasta límites desconocidos. Hay situaciones en las que se puede dialogar y llegar a acuerdos pero cuando está por medio el bienestar y la integridad física de su hermano ahí no hay trato que valga, y precisamente es en esas ocasiones en las que su padre y yo perdemos los nervios. En mi casa la frase que más se oye a lo largo del día es 'no molestes al niño'. Se repite mil veces como una letanía tanto por mi parte como por la de su padre, pero se ve que Adrián debe ser sordo o le parece una orden sin fundamento porque no para de agobiarle, estrujarle, pellizcarle, quitarle los juguetes, etc. El resultado es que la enésima vez que se lo decimos ya es con gritos y de malos modos, y ahí tenemos el lío montado. El otro día forcejeando porque los dos querían jugar con el mismo cepillo de dientes Diego casi se lo clava en un ojo, y su padre se puso hecho una fiera y luego el disgusto fue de aúpa para todos. Hace un par de semanas ibámos paseando por la calle y en un arrebato incompresible de Adrián me quitó el carrito de las manos y lo sacó hacia la carretera justo en el momento en que pasaba una furgoneta. Unos centímetros salvaron a mi peque de una desgracia...no quiero ni recoradarlo. Hubo gritos, azotes y lloros por todas las partes. Pasé un día horrible, no por lo que podía haber pasado, sino por mi reacción, encima en plena calle. Nunca había perdido los papeles de esa manera y me dolió tanto comportarme así, pero la ira y el terror por lo que podía haber pasado prevalecieron sobre de las formas y los manuales de crianza con apego. En ese momento, empatía ninguna, Montse. Sólo impotencia porque por más que intentas que la convivencia sea lo más agradable posible para los cuatro te das cuenta que en una milésima de segundo se puede romper por causas imprevistas como que a tu hijo mayor se le ocurra de buenas a primeras que es divertido sacar el carrito de su hermano de la acera y dejarlo como pasto de las ruedas.
Si supiéramos lo que pasa por sus cabecitas sería todo más fácil...Por el momento no tengo soluciones, solo intento cultivar la paciencia e intentar educar a mis dos hijos de la mejor manera posible. Es cierto que es muy desagradable ver que nuestras almas puras de mamás entregadas también tienen un hueco para albergar la ira contra nuestros propios hijos. Es en ese campo donde voy a trabajar para prevenir las situaciones que puedan desatar mis demonios. Es decir, igual que cuando están en plena época de rabietas es mejor evitar la causa que frenar la pataleta, pues con los arranques de ira igual, habrá que prevenir las situaciones susceptibles de provocarlos.
Sobre que se repiten patrones de conducta aprendidos en el pasado, no creo, al menos en mi caso. Tengo muy buena memoria y puedo asegurar que a mis padres nunca les puse en las tesituras en las que nos pone Adrián a nosotros, por lo tanto sus reacciones, mejores o peores no respondían a los mismo motivos. Reconozco que jugaba con ventaja porque era la pequeña, jeje.
Al final, en lugar de contestar a tus dudas me ha salido un desahogo en toda regla. Estamos pasando una época muy mala. Hay día mejores y día peores y todavía nos queda mucho por aprender en este duro camino que es la educación de más de un hijo. Espero que sean rachas y que tengan tengan altibajos. Ahora estamos en un alto y nos está costando mucho emprender la cuesta abajo.
Muchos ánimos!!!

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por Malefica
#393361
huskitos escribió:Montse, no sé qué decirte porque en los últimos meses me veo envuelta en una marabunta de emociociones y de sentimientos en torno a mi hijo mayor que no sé cómo afrontar. Todo lo que dice Kim es cierto pero la paz que brota de sus palabras no es suficiente para la tormenta que día a día tenemos que lidiar con nuevas situaciones. Realmente no sé ni que contestarte, sólo puedo suscribir tus palabras acerca de que la empatía es menor y que cada vez nos volvemos más exigentes con ellos. Debe ser muy duro para nuestros hijos ceder una parcela tan grande de atención para el recién llegado. Antes todo nuestro tiempo y dedicación iba dirigida a ellos y ahora, por desgracia, han pasado a un segundo plano. Cada día lamento no poder pasar más tiempo con él jugando, charlando, acompañándolo...pero me es materialmente imposible. También es un duro peaje para los padres esta incapacidad para no poder acaparar a los dos como nos gustaría.


Huskitos :117: :117: :117: :117:

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por irenrub
#393401 Hola a todas.

Hace un siglo que no aparezco por aquí, solo muy de vez en cuando leo alguna cosa, pero nada más. Y hoy ha sido uno de esos días, en que he leido un poco y he encontrado este post, que me ha hecho pensar, reaccionar y volver a hablar con vosotras.

Es cierto todo lo que decís, cuando se pasa a ser cuatro cambian muchas cosas, y en nosotras sobre todo se produce un cambio tan grande que cuesta volver a lo que habiamos conseguido antes, y eso nos frustra y nos deja con un mal sabor de boca.

Yo si algo he constatado en estos años, es que la culpabilidad nunca me ha abandonado. Culpa por no atender al pequeño igual que a la mayor, culpa por no atender a la mayor igual que antes... culpa y miedo a fallarles. Pero Kim ha dicho una verdad muy grande, ellos tienen una bondad tan grande, que no lo ven como nosotras.

También puedo decir otra cosa, con el tiempo se aprende tambien a lidiar con estas situaciones, y a que ahora nuestro día a dia ya no es de tres personas, sino de cuatro, y se vuelven a recuperar los espacios de cada uno,sino totalmente, si en gran parte. La mayoría de vosotras teneis aun a vuestros hijos pequeños que son bebés aún, y por eso es dificil que ahora mismo podais estar de igual a igual con vuestros hijos. Un bebé siempre necesita mucha atencion, y esa época es dificil sin duda.
Pero despues, el bebé pasa a ser un niño, y ya la relacion con vuestros hijos va a ser distinta, mas parecida vuestro comportamiento con ambos, que no igual está claro, porque no hay dos niños iguales, porque no hay dos personas iguales, asi que siempre nos vamos a relacionar con ellos según su propia personalidad.

Pero se aprende a compaginar, se aprende a organizarse para dar su espacio a cada uno, se vuelve a recuperar esa complicidad con el mayor, esos ratos a solas... ese "nosotros"... eso todo puedo constatar tambien que se vuelve a recuperar.
Mis hijos ahora tienen 6 y 4 años, y os puedo asegurar que mi relacion con la mayor no se ha resquebrajado ni un ápice, que tenemos la misma complicidad, intimidad, y nuestros ratos de ella y yo, nuestras " cosas"... no hemos perdido nada.
En el camino... pues sí, hemos pasado ratos malos, cuando el pequeño empezaba a gatear, otra epoca terrible a los dos años del peque, e incluso ahora con cuatro está despertando el "niño travieso" que lleva dentro... y ponen a prueba mis nervios... pero se aprende a lidiar con ello.

Y sobre todo, lo que digo siempre... cualquier cosa que haya podido restarle yo con la llegada de su hermano... se ha visto compensada en mil con la complicidad de los dos, y con la relación suya, de ellos dos como hermanos, con esa unión que tienen.

Y ya no me enrollo mas, solo un abrazo para todas,aprovecho para deciros que siempre me acordaré de los buenos ratos que pasé por aquí, de la compañía y de la confianza que me disteis en los momentos en que yo tenía una niña de dos años y un bebé en casa, y de cuanto me ayudasteis. Eso por no hablar de aquellos desayunos con el parte nocturno de cada día.,...

Irene ( 25/01/2005 ) y Rubén ( 25/04/2007 )
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por Malefica
#393415
irenrub escribió:También puedo decir otra cosa, con el tiempo se aprende tambien a lidiar con estas situaciones, y a que ahora nuestro día a dia ya no es de tres personas, sino de cuatro, y se vuelven a recuperar los espacios de cada uno,sino totalmente, si en gran parte. La mayoría de vosotras teneis aun a vuestros hijos pequeños que son bebés aún, y por eso es dificil que ahora mismo podais estar de igual a igual con vuestros hijos. Un bebé siempre necesita mucha atencion, y esa época es dificil sin duda.
Pero despues, el bebé pasa a ser un niño, y ya la relacion con vuestros hijos va a ser distinta, mas parecida vuestro comportamiento con ambos, que no igual está claro, porque no hay dos niños iguales, porque no hay dos personas iguales, asi que siempre nos vamos a relacionar con ellos según su propia personalidad.

Pero se aprende a compaginar, se aprende a organizarse para dar su espacio a cada uno, se vuelve a recuperar esa complicidad con el mayor, esos ratos a solas... ese "nosotros"... eso todo puedo constatar tambien que se vuelve a recuperar.
Mis hijos ahora tienen 6 y 4 años, y os puedo asegurar que mi relacion con la mayor no se ha resquebrajado ni un ápice, que tenemos la misma complicidad, intimidad, y nuestros ratos de ella y yo, nuestras " cosas"... no hemos perdido nada.
En el camino... pues sí, hemos pasado ratos malos, cuando el pequeño empezaba a gatear, otra epoca terrible a los dos años del peque, e incluso ahora con cuatro está despertando el "niño travieso" que lleva dentro... y ponen a prueba mis nervios... pero se aprende a lidiar con ello.

Y sobre todo, lo que digo siempre... cualquier cosa que haya podido restarle yo con la llegada de su hermano... se ha visto compensada en mil con la complicidad de los dos, y con la relación suya, de ellos dos como hermanos, con esa unión que tienen


Jo, qué alegría más grande me has dado apareciendo por aquí. Me quedo con todo lo que cuentas, lo atesoraré ahora que estoy llena de temores para cuando llevemos ya un cierto camino hecho y poder decir.... lo ves, tenían razón.

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por Kim
#393484 Huskitos :117: , no se me ocurre nada que decirte, siento mucho que estéis pasando por un momento tan difícil. No puedo darte ningún consejo, solo un abrazo. Tranquila, pasará.
Irenrub: gracias por compartirlo. Me ha parecido precioso tu relato, cuando veamos el vaso medio vacío tendríamos que volverlo a leer.
Besos.

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por huskitos
#393657 Gracias, Irenrub, por pasarte por este post. La verdad que tus palabras reconfortan y me dan esperanzas de que el futuro que nos espera será mucho más tranquilo. Sólo deseo que cada pieza ocupe su lugar en la familia y no tenga que sentirme cada día culpable por no poder ocuparme de mis hijos como me gustaría. Como cualquier madre mi felicidad sería ver a mis hijos contentos y amándose mutuamente.
Kim, gracias por los achuchones virtuales. Hay días mejores y días peores. Este fin de semana ha ido bastante bien, con algún episodio esporádico de celos, pero sin importancia, y por supuesto, sin gritos y sin enfados :woow . He comentado con otras madres de niños que han tenido una hermanita y dicen que los celos no son tan tremenos, que la sitaución es mucho más llevadera porque cada uno siente que tiene su propio espacio. En cambio cuando son del mismo sexo las cosas empeoran. No sé si esta teoría tiene mucho fundamento, imagino que lo principal será la personalidad del niño y su grado de madurez para encajar la llegada de un nuevo miembro.

PD. Irenrub, anímate a participar más a menudo. Te echábamos de menos.

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