El hermanito ya ha cumplido un mes, y está para comerselo. ´No he querido que Irene vaya a la guarde en verano, para que pasemos mas tiempo juntos los tres. Es muchisimo mas trabajo, pero pensé que sería bueno para ella ( y lo sigo pensando). El caso es que como el peque es tan bueno, nos permite hacer muchas cosas juntas. Pasamos todo el dia juntas, todo, todo el dia. Desayunamos juntas, comemos juntas, incluso algun día nos bañamos juntas.
Yo pensé que así, al estar tnto juntas, no me demandaría tanta atención. Pero estaba equivocada. Cada segundo que no le presto atención, me llama "mira mamá loque hago" y si no la miro se pone muy insistente y lloriquea. No llega a llorar, ni es de coger rabietas, pero tengo que estar todo el dia con una paciencia que ni os cuento.
Hay días, como hoy, que está nerviosa y acaba poniendome nerviosa a mi.
Estoy agotada... Y porque el chiquitín es buenísimo, pero el pobre me da penita, porque casi no puedo disfrutar de él.
Yo hablo con ella, pero cuando saco el tema del hermanito, intenta desviar la conversación. No quiere hablar del tema.
Yo no puedo estar tan cansada, y de tan mal humor siempre, porque los peuqeños me lo notan.
¡¡¡Necesito descansaaaaaar!!!