- Dom, 28 Mar 2010, 10:05
#363556
ahora mismo me quedan menos de dos meses para dar a luz y mi paciencia se agota antes, a veces hasta me entran ganas a mi de echarme a llorar con él......
Tu hijo también se debe encontrar nervioso y a la expectativa por lo que se avecina. Nunca hay que olvidar que aunque sean pequeños tienen sentimientos que no saben gestionar. Ahora mismo esas rabietas que tiene, el querer lo contrario de lo que tu le dices puede ser porque está reforzando su "yo", inmediatamente hago lo contrario para demostrar que soy distinto a tí, pero interiormente está hecho un lío. Además el embarazo, la llegada del nuevo bebé, los comentarios, a veces maliciosos, de las personas le han podido preocupar y pensar en lo que va a suceder.
Habla con él, explícale bien lo que pasa, ante la rabieta mantén la calma, no olvides que tú eres el adulto y que tú puedes gestionar tus sentimientos, tu hijo sólo tiene dos años y medio y los gritos y los lloros es la manera que tiene de expresar lo que siente. Ayúdale a poner nombre a sus sentimientos, gestiona los "no" que le dices, y piensa si de verdad hay que hacerlo como tú lo dices o si se puede hacer como quiere tu hijo. Dale opciones "puedes elegir entre este juguete o este"
Respecto al embarazo, sigue dándole mucho contacto directo, mostrarle lo que le queréis, explícale pero si muestra interés, tampoco hace falta estar a todas horas explicándole lo del bebé. Actúa como parachoques ante los comentarios de la gente tipo "uy ya verás cuando venga el bebé" "te quitará los juguetes" y comentarios de ese estilo.
lcuando coge estos berrrinches, de momento voy aguantando, y le digo que llore todo lo que quiera pero que no grite, que sino le quito el dichoso chupete. No se si hago bien, mal o que....
De esta manera le estás coartando su manera de expresarse. Aunque parezca difícil, y en esos momentos lo es, mantener la calma. Tienes que hacerlo, si lo ves conveniente te alejas un momento y respiras hondo varias veces y después regresas a su lado. Siéntate y ponte a su altura y así le explicas lo que está pasando, si no te escucha déjale que se tranquilice y tú mantente a la espera a su lado susurrándole que lo entiendes y que estás a su lado, normalmente suelen ir bajando la guardia y aceptar que los abraces.
Una vez tranquilo es cuando puedes exlicarle lo que ha pasado. En medio de una rabieta es imposible que nos escuchen y entiendan lo que les decimos.
Si está llorando y gritando y tú le amenazas con quitarle el chupete el aún lo verá más injusto porque en lugar de ayudarle le estás castigando por algo que no comprende.
Mira también en tu interior, probablemente estarás más cansada, el embarazo ya te debe de estar pesando, también estarás más preocupada por la incertidumbre de lo que va a pasar con el nuevo bebé, y todo ese conjunto puede hacer que tú misma no veas de la misma manera la forma de comportarse de tu hijo. Cuando estamos cansadas no tenemos la misma paciencia.
Y no hay que olvidar que nuestros hijos se dan cuenta de nuestros sentimientos, incluso antes que nosotros, y también puede estar preguntándose lo mismo. Te ve más nerviosa, más inquieta que le chillas más, y que sabe que algo va a cambiar pero no sabe qué es, sólo que mamá no va a estar como antes.
Si ves que necesitas relajarte y no puedes pide ayuda, que vengan un ratito para que tu hijo esté entretenido jugando, que papá se lo lleve al parque o algún sitio divertido mientras que tú descansas un rato o simplemente te relajas.