- Mié, 24 Mar 2010, 11:00
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Estoy con mon, los dos años son una etapa muy complicada. La sensación que dan es que nos llevan la contraria en todo por el simple gusto de hacerlo, en realidad están formando su personalidad, tienen claro que son una personita distinta y no una extensión de mamá, y la mejor manera de demostrar que tienen voluntad propia es diciendo que NO a todo.
Tampoco existen fórmulas mágicas, lo que funciona con unos puede ser un desastre con otros, pero en general armarse de paciencia funciona infinitamente mejor que ser autoritario y hacer caso a las tonterías que se oyen por allí "es que le has consentido todo" "te está tomando el pelo" y demás.
Truquitos que puedes probar:
Intentar pactar, negociar, llegar a un acuerdo en la medida de lo posible. Si tú quieres y ella no, intenta llegar a una postura intermedia, si te pide un rato más déjale por ejemplo 5 minutos, avísala a cada minuto, quedan 4, quedan 3, para que esté preparada.
Trata de convertir en un juego lo que le resulta desagradable, si no quiere vestirse puedes jugar a perseguirla y atraparla con la ropa, o tú la vistes a ella y ella a su muñeca, haced una competición a ver quién termina antes.
Turnaros, deja que ella elija algo y a continuación elige algo tú.
Distráele con otra cosa en cuanto sea posible.
Haz oídos sordos a tu entorno, espera a oír constantemente que así te manipulará durante el resto de su vida, que lo que tienes que hacer es ponerte firme y demás lindezas. Por experiencia, he notado que están más dispuestos a ceder cuando ven que nosotros también lo hacemos.
Esta conmigo ha funcionado de maravilla: mira el reloj en el momento en que empieza el "conflicto", y vuélvelo a mirar cuando ha terminado (cuando ha accedido a tu petición, o cuando se le ha acabado la rabieta si no ha habido forma). Se te habrá hecho eterno, pero las "negociaciones" habitualmente no duran más de 10 - 15 minutos. Las rabietas un poco más. Ahora, para tu satisfacción, compara ese tiempo con lo que tardan los padres que "no se dejan tomar el pelo" y reaccionan de forma contundente. Seguro que mucho más (un niño que se siente ignorado suele llorar y patalear para que le hagan caso, si además de negarse a una petición que para el niño es razonable - aunque para los padres no lo sea - se ignoran los sentimientos que la negativa le provoca entramos en un círculo vicioso, del que solo saldrá cuando verá que no se le hace caso, haga lo que haga. Suelen ser bastante cabezotas y pasará mucho tiempo antes de que se den cuenta. Te lo digo porque lo he presenciado).
Sobre todo, paciencia...
Si llora, no le quites importancia, quédate a su lado, consuélala y cuando se le pase, explícale porque no ha podido ser lo que ha pedido, o si consideras que se ha portado mal, buscad una alternativa para la próxima vez.
♥ Mamá de dos polluelos que dieron forma a mis sueños y los hicieron realidad ♥
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más... Mi blog: El mundo de Kim