Ayer no quería cenar. Lo primero que tiró fue un tenedor. No la hicimos caso y la di otro, que también tiró (con el peligro de clavárnoslo a su padre o a mí, pues nos los lanza con gran energía). Luego volcó el vaso del agua encima suya: a cambiarla el body y el pijama, pero no la dijimos nada. De vuelta a la mesa, seguía sin querer cenar, la dije que vale, pero tenía que esperar a que nosotros termináramos, cuando no nos dimos cuenta, cogío su plato lleno de comida y al suelo, plato roto. La separé su silla de la mesa, y la dejé retirada a pensar lo que había hecho (un minutillo o dos, como mucho, y diciéndola que la queremos pero que ha actuado mal, aunque ella no es mala). La hablé muy seria, diciéndola que eso no se hace, y preguntándola si lo iba a hacer más, y ella contestando todo el rato que sí. No sé si es demasiado pequeña y no lo entendía, o al contrario, y contestaba que sí a propósito (a todo ésto, su padre intentando aguantarse la risa, yo creo que ella se dio cuenta, y yo me enfadé con el padre).
Cuando está jugando y se cansa de un juguete, lo lanza por los aires, si la voy a dar crema y no quiere, me quita el bote y lo tira, y así con todo. Ya no sé cuantos vasos, platos, juguetes... ha roto. Y las gomitas del pelo, cuando las tira, toda la habitación llena de gomitas.
A veces su padre, que pierde la paciencia rápido, la regaña muy fuerte (la grita) aunque al minuto se arrepiente y la hace mimitos.
Yo creo que lo aprendió de su padre, que cuando se enfadaba tiraba las cosas o daba golpes, pero hace mucho que dejó de hacerlo, precisamente porque la niña lo hacía.
Qué podemos hacer? La regañamos? La castigamos? No la hacemos caso?
Gracias por adelantado.