- Mié, 09 Dic 2009, 16:53
#353700
Hola,
llevo desde que leí este post pensando en contestar... y lo he ido dejando porque no sabía muy bien que poner sin parecer pedante y a la vez que no se me quedase en el tintero nada de lo que quiero contar (bueeeno, para eso esta la herramienta editar
).
Al grano: yo no tengo ninguna opinión profesional sobre el tema (voy a hablar de experiencias, sentimientos y percepciones), pero a mi tambien me hace pensar de vez en cuando que no se "si seré capaz de
gestionar de forma correcta las habilidades que pueda llegar a desarrollar mi enano". No se si me explico.
Os voy a contar un poquito mi experiencia: mi hermano (2 años menor que yo) en su día si estuvo
diagnosticado como "superdotado". También a mi me dijeron que tenía "un coeficiente intelectual superior a la media" (aunque sin llegar a los niveles necesarios para ser "superdotada"). Pongo muchas cosas entre comillas o en itálica porque no se si todos los términos que estoy empelando son extrictamente correctos...
Tanto mi hermano como yo aprendimos a leer en casa antes de los tres años, con la consiguiente bronca para mi madre en el colegío por presionarnos (
pero si yo no les enseño a leer, es que ellos me preguntan las letras y yo se las explico, nada más, decía ella). Y hasta los 10 años, en nuestras notas únicamente aparecían los sobresalientes. Yo nunca hacía los deberes, los copiaba corriendo en el autobús. Nunca estudiaba y distraía a las demás compañeras... y la verdad es que en clase me aburría de vez en cuando. Además, como otra amiga y yo éramos "las listas de la clase", creo que las profesoras nos dejaban de lado y además daban por hecho que su trabajo debería centrarse en las demás niñas (nosotras ya nos arreglábamos solas). Total, que en 6º de EGB mis notas empezaron a caer en picado, con las consiguientes broncas de padres, monjas y profesoras (daos cuenta de que hablo de niñ
as, profesor
as, etc..., pero es que eran otros tiempos). Iría describiendo mi trayectoria en el colegio, intentando describir cosas que ahora soy capaz de analizar y que en su momento se conviertieron en una auténtica pesadilla (creo que la adolescencia es dura para casi todo el mundo, ya lo sé, pero en ocasiones quizá un poquito más), pero este post no es una autobiografía...
Algo que si creo que hay que mencionar para entender lo que quiero explicar al final, es que recuerdo con total nitidez los exámenes de matemáticas de 2º de BUP. Siempre he sido buena en matemáticas, y me encantaban las integrales y las derivadas. Mi profesora lo sabía. Y que hizo: suspenderme con 2/3 del examen contestados correctamente mientras que a una compañera que no llegó a contestar bien 1/3 del examen le "tocó" un aprobado. Ante mi indignación, la respuesta fue:
es que tu podías haberlo hecho un poco mejor esforzándote un poquito, pero xxxxxx va a clases particulares todos los días, hace los deberes y se esfuerza mucho, así que ella se merece aprobar pero tú no . Evidentemente, creo que esa no era la respuesta que yo necesitaba en ese momento para motivarme.
Y este es un ejemplo de cosas que creo que hoy en día se hacen (o al menos se pueden hacer) mejor.
En mis tiempos de estudiante en el colegio, "el profesor de apoyo" era un profesor para los "torpes, descarriados, menos listos, o ¡¡¡que se yo.!!!..."
El caso es que cuando hice los cursos del CAP, me quedé ojiplática al descubrir que la ley dictaba que "el profesor de apoyo" (o como se llame) era tanto para "los que no llegaban" como para "los que se pasaban", por decirlo de alguna manera gráfica. Probablemente, si yo hubiera tenido un adulto de ese tipo en mi entorno, las cosas hubieran sido diferentes (tampoco estoy en plan queja resentida, que nadie me entienda mal, soy muy feliz con mi vida, pero hay cosas que si los adultos de mi entorno hubieran gestionado de otra manera quizá en algunos momentos todo hubiera sido más fácil para mi).
Además, creo que en algunos momentos mis padres no entendían cómo "siendo tan lista" me iban "tan mal" las cosas. Al final no me ha ido mal, he llegado a donde quería, aunque quizá por un camino "un poquito enrevesado", pero como he dicho antes, no me quejo, porque ahora con la visión de adulta veo cosas que quizá en otra situación no hubiera entendido, y espero que me sirvan para ayudar, entender y apoyar a mi hijo en el caso en el que se vea en alguna circunstancia similar a las que he pasado yo.
Y justo este curso, tengo entre mis alumnos un chico superdotado, de 16 años (por si alguien no lo sabe, doy clases en la universidad). Y la verdad es que le miro con admiración y con un poquito de envidia. Es afortunado. Supongo que en su entorno habrá habido adultos inteligentes, sensibles y preparados que han permitido aprovechar las circunstancias para facilitarle la educación que necesita. Para que ésta sea acorde a sus necesidades intelectuales. Además, tiene la suerte de que físicamente no destaca entre el resto del alumnado, y no da lugar a distinciones. Yo antes de saber que era superdotado, la verad es que flipé por el tipo de preguntas que me hacía, y por como las hacía: correctamente en tiempo y forma, por decirlo de alguna manera. Además es majo y educado.
No se si me he ido por las ramas, ni si he conseguido transmitir lo que quería...es que el tema da para mucho.
un beso