Estoy un poquito saturada con Pedro (15 meses). Siempre le ha gustado mucho el chupete y duerme con varios alrededor de la cabeza, pero antes no solía dárselo por el día y aguantaba bien. El problema es que desde que empezó en la guardería cada vez lo ha ido pidiendo más. Hay que decir que con la guardería vinieron las enfermedades y llevamos ya un par de meses muy malos con un virus tras otro. El caso es que ahora tiene una adicción exagerada. Anda todo el día buscándolo desesperado y si no lo tiene está lloriqueando y muy pesado a menos que esté haciendo algo realmente muy excitante. No me gusta que esté por el día con el chupete todo el rato porque ya es suficiente con tenerlo incrustado toda la noche (siempre que se despierta y voy a verle lo tiene puesto) pero tampoco puedo aguantar su continuo protestar si no lo tiene y acabo dándoselo por desesperación.
Aparte del chupete está muy pesado en general. El otro día estuve pensando y realmente se pasa todo el día lloriqueando siempre que no puede conseguir algo que quiere, o no le presto atención porque estoy haciendo alguna tarea, o le cambio el pañal, o lo pongo en la trona, o le lavo la cabeza, o... o.... o... Es decir, todo el tiempo.
¿Realmente son todos iguales o es que a mí me ha tocado el niño roñica de la tómbola?
Gracias,
Malena