- Vie, 19 Jun 2009, 16:17
#336211
Tengo entendido que a los 4 años se suele dar otra etapa de rabietas, es otra fase más de su camino hacia la autonomía y la independencia, y al tratarse de una racha, es pasajera.
Por experiencia diría que existen dos tipos de rabietas: el primero se da cuando tienen la sensación de que se les ha negado algo que para ellos es importante, o de ser obligados a hacer algo que no quieren; el segundo es cuando utilizan la rabieta como pretexto para llamar la atención.
En ambos casos, no soy partidaria de cortarlas de raíz ni ignorarlas, me parece que se obtienen mejores resultados empleando el diálogo y la paciencia que las imposiciones.
Te hablo por experiencia pasada (últimamente tenemos una racha *muy* buena en ese sentido
). La ventaja que presentan los niños con esa edad es que se puede hablar y razonar con ellos.
No dices por qué motivo tiene rabietas, si es todos los días es probable que haya varias razones. Cosas que he hecho, y me han funcionado:
Antes de decir que no, me pregunto si realmente lo que pide es tan irracional. Evidentemente, si lo que quiere es meter los dedos en el enchufe, no se lo voy a permitir, pero en ocasiones piden cosas como jugar un poco más antes de bañarse, no ponerse esa camiseta o usar el mando a distancia, cosas que igual no nos hacen mucha gracia pero no son peligrosas ni perjudiciales. A mí me funciona muy bien lo de hacer tratos, por ejemplo: jugamos 5 minutos más y luego nos vamos al baño; si no quieres esa camiseta elige una que te guste y yo elijo el pantalón, ¿quieres encender la TV? pues coge el mando y dale a este botón, solo a ese, etc. Si ven que en ocasiones cedemos, a su vez suelen demostrarse más razonables.
Si lo que pide es realmente inaceptable, en vez de decirle llanamente que no, le explico por qué no puede ser, para que entienda que hay una razón y no se trata de algo que he decidido porque sí.
Distraerle, llamarle la atención con algo, buscar alternativas aceptables también suele dar resultado, así se centra en otra cosa.
Si realmente no hay forma y se enrabieta, yo no soy partidaria de ignorarle hasta que se le pase. En ese momento suelen estar "obcecados" y es difícil razonar con ellos, pero ver que estás pendiente de él, que a pesar de todo mantienes la tranquilidad y tratas de comprenderle aunque no cedas, suele acortar la duración y la intensidad de la rabieta.
Hay veces que el motivo de la rabieta es lo de menos, lo que pretenden es que les prestemos atención. Pueden tener la sensación de que cuando se portan "bien" pasan desapercibidos, en cambio si hacen algo "malo" mamá interviene (y por tanto le presta atención). No digo que sea tu caso, pero puede ser una posibilidad. En mi opinión, la mejor manera de solucionarlo es trabajar en ello cuando
no tienen una rabieta: decirles lo bien que lo estamos pasando jugando a lo que sea, lo mayor que es por saber hacer algo, proponerle cosas, dejarle elegir, en fin, detalles que le permitan ver que estás pendiente de él en todo momento.
Finalmente, sea cual sea el camino que elijas, creo que tendrías que hablar con su padre y llegar a un acuerdo, porque si uno de los padres es rígido y el otro no, puede acabar confundiéndose. Puede que la niña de unos amigos haya mejorado gracias (o a pesar de) la severidad de sus padres, pero cada niño es un mundo y lo que funciona con uno puede fracasar con otro.
Me da la sensación, por lo que escribes, que su padre considera las rabietas un capricho, por tanto algo innecesario, y por ese motivo cree que hay que reaccionar con contundencia. Puedes intentar hacerle ver las cosas desde el punto de vista de Ricardo (si nos paramos a pensarlo, nuestros hijos ceden muchísimo más que nosotros), si le convences de que no lo hace con maldad ni para fastidiaros, sino por unas razones concretas (que se pueden rebatir, pero habría que intentar comprender) es posible que suavice un poco su postura.
Perdón por la parrafada, espero haberte ayudado.
Besos.
♥ Mamá de dos polluelos que dieron forma a mis sueños y los hicieron realidad ♥
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más... Mi blog: El mundo de Kim