He pensado que al ser un acto placentero para ella, lo une al ejercicio de sentirse en total libertad que es desnudarse, es decir, lo puedo entender.
El problema viene ahora con el invierno, que no sé hasta qué punto debo dejarla desnuda ese ratillo a lo mejor exagero y no tiene importancia, pero, ¿y si se resfría?