En Abril comencé a trabajar con jornada completa en un colegio bastante lejos de mi casa (hora y media), con lo que salgo a las 7.30 de casa y a Elías lo lleva su papá al cole, lo bueno es que algunos días salgo a las dos y llego justo a tiempo para recogerle. Ese momento me encanta, es el más bonito del día, porque viene hacia mí con los brazos abiertos y su sonrisa de oreja a oreja. Luego pasamos toda la tarde en el parque con unas amigas y sus niños y bien.
Pero los fines de semana se están haciendo duros: necesito hacer muchas cosas y él está muy demandante, quiere estar todo el tiempo conmigo, mama a todas horas y me tiene estrujada, y no sirve que su padre intente colaborar; además, yo lo estoy pasando mal en el trabajo, necesito descansar, charlar con mi marido y no veo el día que termine el curso . Pues Elías debe sentir las malas vibraciones, porque está irritable, llora y se enfada mucho. En fín, agotador.