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por cecimam
#204718 Hola

Me gustaría compartir con ustedes algunos artículos, que publica semanalmente en una revista, una sicóloga infantil que me gusta mucho leer. Sus comentarios no son una gran cátedra, tratan ideas simples sobre los temas que toca, pero con un gran sentido humano.

Me pareció que esta era la clasificación que correspondía para el post, si está equivocado supongo que me avisarán.

Saludos.
por cecimam
#204720 martes 29 de mayo de 2007

Cuidado con las actitudes despectivas

Por NEVA MILICIC
sicóloga

Pocas conductas de los padres son más nocivas y destructivas para un niño que
el ser tratado en forma despectiva por ellos. Ser descalificador no sólo es
dañino para la interacción con los hijos, sino que asumir una actitud
despectiva tiene para todas las relaciones humanas un poder destructivo
incalculable.

La arrogancia es un pecado capital y los niños perciben cuando sus padres son
arrogantes. El cerebro tiene una poderosa capacidad de percepción
subconsciente en las relaciones que mantiene con otras personas, es por ello
que el comentario "el niño no se da cuenta de lo que pasa" resulta casi
ingenuo. Es posible que un niño no lo pueda verbalizar, es decir, que no pueda
poner lo que percibe en palabras, pero está claro que se da cuenta
perfectamente de las actitudes despectivas. Las percibe como un rechazo que es
especialmente grave cuando provienen de los padres, que son quienes deberían
cuidarlo, protegerlo y enriquecer su percepción de sí mismo, y esto que sucede
con los niños, también pasa con las amistades y con las parejas.

Hay pautas en la relación de pareja que permiten pronosticar si una pareja
seguirá junta o si tendrá problemas y uno de los más fuertes predictores es el
desprecio o bien la sensación de sentirse despreciado(a).

Hay personas que cuando alguien se equivoca, comete un error o no está de
acuerdo con ellos, presentan una actitud negativa de tal intensidad emocional
en la relación que puede ser muy destructiva para el niño o la niña.

Macarena, de 17 años, sostiene con mucha pena: "A veces dudo que mi madre me
quiera. Cuando me mira y me dice estás tan gorda, que si sigues subiendo de
peso vas a parecer una vaca. A veces no puedo creer lo que oigo, me da miedo
sentir tanto odio por ella y me digo, ¿por que habrá sido mi mamá?".

Lo peor de esta situación es que al conversar con la madre de Macarena sobre
estos comentarios, ella sostiene que sólo fueron hechos para que Macarena se
pusiera a dieta y se viera más bonita. Pero las intervenciones se juzgan por
los resultados y no por las intenciones.

Macarena se siente despreciada por su madre, se percibe gorda y fea, indigna
de ser querida y poco valorada. La rabia que tiene contra su madre también la
vuelca hacia sus amigas, a las que siente más bonitas que ella. Y como si todo
este daño hecho con "buena intención" no fuera suficiente, Macarena aprendió a
tener una actitud despectiva, siendo muy descalificadora con sus amigas, las
que se fueron alejando y dejándola sola.

Asumir actitudes despectivas hacia otro también tiene como efecto que el niño
o la niña asuma frente a las diferencias actitudes despectivas, lo que le
provocará a su vez un rechazo enorme en sus relaciones interpersonales,
"porque el que siembra viento, cosecha tempestades".

Lo opuesto al desprecio y a una actitud arrogante y desvalorizadora es enseñar
a los niños a dulcificar la mirada frente a los demás, a valorar las
diferencias y la diversidad, permitiéndoles desarrollar la capacidad de
ternura y de humanidad que se requiere para vivir, así que tenga cuidado
cuando tenga la tentación de descalificar en forma arrogante a su hijo o a
alguna persona de su mundo cercano.


Neva Milicic.
por cecimam
#204722 martes 5 de junio de 2007


Por qué enseñarles a anticipar


Por Neva Milicic
Sicóloga

Cuando un niño aprende a anticipar se supone que lo ha hecho porque ha
reflexionado y, por lo tanto, es capaz de tomar mejores decisiones y de
anticipar riesgos. Aunque hay una base genética en este comportamiento, se
puede favorecer su desarrollo a través de la estimulación, gracias a la
plasticidad del sistema nervioso central durante la infancia y la
adolescencia.

Jeff Hawkins, que es el creador de la agenda Palm, sin la cual a muchos de los
padres y de las madres les costaría más organizar su día, sostiene que la
esencia de la inteligencia humana está en su capacidad de predecir. Con los
beneficios económicos que obtuvo con esta tecnología creó un Instituto de
Neurociencias, orientado a favorecer la investigación en este campo.

Una parte importante de la capacidad de predicción se encuentra en el
neo-cortex, que recubre la zona más externa del cerebro. Esta zona del
neo-cortex, de sólo dos milímetros de espesor, está dividida en seis capas, y
en ella están los conocimientos, los recuerdos, las habilidades y las
experiencias acumulados. En sus 30.000 millones de neuronas está almacenado
todo aquello que hace a las personas inteligentes.

Cuando alguien es inteligente, plantea Hawkins, es capaz de predecir, porque
relaciona una cosa con otra; eso permite que la conducta humana, igual que su
cerebro, sea esencialmente plástica. Es durante el desarrollo que a través de
la estimulación se produce la interconexión de las neuronas prefrontales. Se
ha sostenido que la insuficiente capacidad de predecir los riesgos que tienen
los adolescentes se debería a que su proceso de interconexión neuronal no está
consolidado. Este proceso de maduración tiene que ver con la experiencia y con
la estimulación.

Los niños y las niñas deben "aprender a predecir" y eso les puede producir
placer. Por ejemplo, imaginar qué va a pasar mañana o, cuando se esta viendo
un video, interrumpir la puesta en escena y hacer conjeturas de cómo cree cada
cual que seguirá la película, o cómo piensa que terminará.

Anticipar y predecir son dos funciones que también se desarrollan por modelo.
Cuando un niño ve que su padre revisa el diario para ver cómo está el tiempo
en la ciudad que va a visitar y hace la elección de su ropa según esta
información, le está enseñando a anticipar.

Las preguntas: ¿Cómo crees tú?, ¿cómo te imaginas que...? o ¿qué sabes de...?,
son preguntas claves para desarrollar una buena capacidad de anticipación. Las
experiencias predecibles desarrollan esta capacidad de anticipar ya en los
lactantes. Cuando una madre "juega a las escondidas con su hijo pequeño", el
niño anticipa que detrás de la mantilla aparecerá la figura de la madre; y más
tarde cuando llega su abuela, anticipará que a lo mejor le traerá un regalo.
Más adelante el adolescente podrá anticipar que es altamente probable que si
el profesor se enoja durante el transcurso de la clase por la falta de
atención de ellos, probablemente la próxima clase les haga una prueba
sorpresa.

Anticipar le ayuda a una adolescente con un novio violento a entender que
posiblemente esa violencia se repetirá en el matrimonio, o a un hombre joven a
entender que una novia calculadora será difícilmente una madre altruista.

Una clave importante en la toma de buenas decisiones la constituye la
capacidad de anticipar, y ella puede ser desarrollada en forma cotidiana por
los padres, ayudando a los niños a entender las claves de hacerlo bien en las
pequeñas y grandes decisiones, pero sobre todo enseñándoles a anticipar por
modelo.




Neva Milicic.
por cecimam
#204724 martes 12 de junio de 2007


La letra con sangre no entra


Por Neva milicic
Sicóloga

Uno de los mitos que más daño han producido en el aprendizaje de los niños y
en su relación con el conocimiento y el aprendizaje es aquel que sostiene que
"la letra con sangre entra". Un mito sin fundamento ya que, por el contrario,
se ha demostrado que el cortisol que se secreta en estados de ansiedad
disminuye la capacidad de aprender, y ciertamente cuando se castiga a un niño
mientras estudia, ello le produce altos niveles de ansiedad.

Aunque suene un poco complicado, es imprescindible contar con esta evidencia
científica, ya que ayudará a padres y a profesores a utilizar estrategias
positivas para enseñar, y a desechar el uso de estrategias negativas. Con
demasiada frecuencia nos ha tocado observar en la práctica clínica niños
maltratados por sus familias o por el contexto escolar, porque les es difícil
aprender. En nombre del "rigor" no sólo se les ha dañado sicológicamente
haciéndolos sentirse incapaces, sino que se han dañado en su capacidad de
aprender, desde su circuito neurológico.

Una mente alerta y un espíritu alegre llevan a fijar los aprendizajes y
contribuye a que la información que está en la memoria operativa pase a
constituir un aprendizaje, ya que ello depende del hipocampo.

Cuando existe un poco de cortisol, que eleva la ansiedad, se puede rendir
eventualmente un poco mejor. Pero cuando hay un exceso de él, se bloquea o
incluso se destruyen neuronas. Para apoyar esta afirmación citaré a David
Goleman en su último libro "La inteligencia social".

"El hipocampo es particularmente vulnerable al continuo estrés emocional por
los dañinos efectos del cortisol. Bajo estrés prolongado el cortisol ataca las
neuronas del hipocampo, reduciendo el ritmo con que se agregan las neuronas e
incluso reduciendo el número total, con un impacto desastroso en el
aprendizaje". Este mismo autor cita un estudio realizado en el año 1960 por
Alpert, quien demostró que la ansiedad disminuye la habilidad para rendir en
un examen.

Los estados de ansiedad y depresión, tanto en niños como en adultos, requieren
ser tratados. Niños aterrorizados por sus padres que los castigan por su bajo
rendimiento se encuentran en riesgo de disminuir significativamente su
capacidad de aprendizaje, deteriorando su relación con el aprender, además de
los vínculos con sus padres y profesores.

Un padre me decía "yo no quiero que a mi hijo le pase lo mismo que a mí, que
aún tengo pesadillas del profesor de matemáticas del colegio, por lo que me
humillaba".

Recuerde conservar el control cuando a su hijo le cuesta algo; equivocarse es
parte del proceso de aprendizaje. La eficiencia para aprender también depende
del interés por aprender, que hace aumentar la capacidad de concentración,
pero todo ello supone que el niño confíe en su capacidad. Recuerde que la
verdad es que "la letra con amor entra", y que aquello de que "la letra con
sangre entra" no es más que la creación de una mente sádica; todas las
evidencias van por la vía contraria.




Neva milicic.
por cecimam
#204725 martes 19 de junio de 2007

Ilusión y felicidad

Por Neva Milicic
Sicóloga

Las cosas que hacen felices a los niños son más simples de lo que imaginamos,
y sólo se necesita contactarse con ellos para saberlo. Kahneman, un sicólogo
que ganó un premio Nobel de Economía, ha estudiado el fenómeno de la envidia,
a la que ha llamado la "banda sin fin hedónica", en una metáfora que trata de
mostrar cómo el correr por las grandes riquezas tiene poca correlación con la
felicidad. Así, cuando se tiene algo, aumentan las expectativas y se quiere
tener otra cosa y después otra, en una banda sin fin, que no deja tiempo para
disfrutar la felicidad que dan las cosas simples. Kahneman recomendaba que
cada cual debía hacer una lista con las personas que en nuestra vida nos dan
más felicidad y desde allí optimizar el tiempo que se pasa con ellos,
entendiendo que una vida de mejor calidad se basa en relaciones mutuamente más
satisfactorias.

Como plantea Daniel Goleman, el autor de La Inteligencia Emocional,
optimicemos nuestro tiempo intentando pasar el mayor tiempo de modo
satisfactorio. Y agrega: hasta el punto que nuestro calendario y bolsillo lo
permitan. Sin duda, la mayor felicidad de los niños está en pasar la mayor
parte de su tiempo con las personas que más quieren, sus padres, sus amigos,
su familia más directa. Esos son los lugares en el que deberían sentirse más
libres, más seguros, queridos y valorizados. Son esos días de felicidad en que
a lo mejor nada extraordinario sucede, sino que el niño se siente en paz
consigo mismo y con los otros, en que los padres se relajan para simplemente
disfrutar, estar y jugar con sus hijos.

Esta observación llevó a decir a Kahneman: "El rico puede tener más placeres
que el pobre", pero también requiere más placeres para alcanzar la misma
satisfacción.

Las ilusiones de los niños son un elemento que da cuenta muy certera de qué es
lo que les produce felicidad. Cuando un niño dice que le gustaría ir a la
plaza con un balde y hacer un castillo, está expresando más claramente aquello
que le da felicidad y que además cuesta tan poco dárselo.

Engañar a un niño ilusionándolo con algo que no se le podrá dar puede
constituir un gran desengaño y destruir su felicidad y la confianza en sus
padres. Hay que, de algún modo, favorecer el desarrollo de ilusiones, que
tengan posibilidad de cumplirse y de ser satisfechas. Es necesario enseñarles
a ilusionarse con lo posible.

Cuando un niño se siente defraudado por un adulto, no es sólo esa ilusión la
que se rompe, sino su confianza en los adultos, y además de alguna forma se
siembran dudas en su capacidad de conseguir que sus sueños se hagan realidad.

En cosas tan simples, como cuando usted les promete pasarlos a buscar para ir
al cine a las seis y a último momento un inconveniente de última hora se lo
impide, hay que ser muy cuidadoso en recuperar la fe en usted por una ilusión
que se ha roto.

Cuando se ha dado la palabra al niño, él debe poder confiar en ella, como
usted confía en el más importante de los documentos. En lo posible, es
necesario mantener siempre las promesas para que el niño o la niña conserven
su capacidad de ilusionarse y de tener fe en usted.

Los sueños y las ilusiones ponen a los niños y a los adolescentes en el camino
de lo que realmente quieren ser y a dónde realmente les gustaría estar. Tienen
que tener confianza en su capacidad para lograrlo, y esto se logra cuando se
sienten apoyados por sus padres, durante la infancia y en la adolescencia, en
esta tarea sin fin que es construir lo que se sueña.


Neva Milicic.
por cecimam
#204726 martes 26 de junio de 2007

No descuide la imaginación

Por Neva Milicic
Sicóloga

Una gran parte de la felicidad, de la tristeza y de la ansiedad que las
personas experimentan radica en lo que piensan, anticipan e imaginan,
independiente de que estas imaginaciones sean reales o no. Eduardo Punset , en
su libro 'El alma está en el cerebro', alerta sobre lo que él llama los
'placeres y desgracias de la imaginación', planteando de qué manera el estrés
y las preocupaciones tienen efectos devastadores o positivos sobre la salud
física y mental.

Está comprobado que el cerebro de las personas funciona de acuerdo con lo que
piensan y así, cuando se piensa algo desagradable, el organismo se desgasta,
ya que se acelera el pulso, pero el peor efecto está en el cerebro, ya que se
afecta el hipocampo. Es necesario tener presente esta información cuando en
forma no intencional se les inocula estrés a los niños en relación con el
aprendizaje.

Converse con su hijo acerca de sus preocupaciones y problemas - especialmente
si se trata de un niño ansioso- , para que pueda descomprimirse liberando su
ansiedad. Pero también es bueno enseñarle a liberarse de los fantasmas
inútiles, como son los temores infundados que le provocan ansiedad.

Por ejemplo, una niñita de siete años, después de saber que el personaje
"Heidi" era huérfana, cayó en una reacción de pánico ante la posibilidad de
que murieran sus padres. Se le explicó con paciencia que Heidi era un
personaje imaginario y se le explicó que era muy improbable que ella se
quedara huérfana. A pesar de esta explicación ella seguía angustiada. Entonces
se le preguntó con qué otra persona le gustaría vivir y/o que la cuidara.
Ella, después de pensarlo un rato, descubrió que esa persona sería la mamá de
su prima. Saber quién podría cuidar de ella en la eventualidad que no
estuvieran sus padres disminuyó en forma significativa sus miedos.

Se le ayudó además a trabajar en "mandar sus miedos" y cuando le venían los
miedos, debía mandar su imaginación. Y si aquello no le resultaba, debía hacer
que su "Sra. Imaginación" la ayudara a organizar un cumpleaños, en vez de
pensar en improbables desgracias.

Además de enseñarles a los niños a poner una mirada positiva a su imaginación,
es importante que los padres sepan que muchas veces, en forma no consciente -
y como una manera de controlar la conducta infantil- , siembran miedos en los
niños, cuyos efectos no son triviales ni pasajeros, sino que conforman en
ellos modos ansiosos de mirar la realidad. Siembre en la imaginación de sus
niños fantasías que los ayuden a mirar de manera positiva la realidad.




Neva Milicic.
por cecimam
#204728 martes 3 de julio de 2007

Estimule la creación de mapas mentales

por NEVA MILICIC

sicóloga

Estimule la creación de mapas mentales

Todos los padres nos hemos visto en el desafío de ayudar a nuestros hijos a
estudiar alguna materia, a procesar información y ayudarlos a recordar un
material. En este proceso muchas veces usamos métodos poco motivadores, pero
una técnica llamada "mapas mentales" puede ayudar a padres, profesores y niños
a comprender y recordar con mayor efectividad lo que aprenden.

Un mapa mental es una poderosa herramienta para asimilar información de manera
relevante, potenciando la memoria y logrando un aprendizaje significativo. Su
autor es el Dr. Tony Buzan, y puede ser utilizado desde los seis años en
adelante. Se trata de un diagrama que cada persona construye acerca de un tema
y que contiene sólo los punto más relevantes. Describe la forma en que ellos
se relacionan, pero no como lo describen en los textos tradicionales, que
presentan los temas en forma lineal y en un solo color. Estos diagramas se
ramifican, usan palabras o imágenes claves, colores.

La diagramación debe hacerse, en lo posible, en una hoja blanca y grande,
donde la idea central está al centro. A partir de allí, se dibuja y se
representa el resto en forma de ramas laterales. Hay distintas áreas que se
pueden analizar, según el tema a estudiar. Por ejemplo: Causas- Consecuencias-
Utilidad- Cómo funciona- Fechas- Dimensiones posibles- Imágenes. En general se
aconseja usar letra de imprenta, colores y algunas imágenes, para movilizar la
imaginación, la emoción y la memorización.

En el mapa mental se emplea el lenguaje, el pensamiento, su capacidad
grafomotora y los cinco sentidos, por lo tanto es un aprendizaje muy activo.
En el uso de materiales para confeccionar sus diagramas, el niño debe ser
libre de ocupar recortes, lápices de colores y de agregar todo aquello que le
parezca relevante. Esto ayuda a desarrollar su capacidad de concentración, ya
que para organizar la información debe hacer uso de todos sus recursos
mentales. Además, como aumenta la motivación, también ayuda a que exista una
focalización en la tarea. También van ayudando a las personas a desarrollar su
pensamiento, en la medida en que deben clasificar, secuenciar y ordenar.

Al facilitar la utilización de todas las funciones cerebrales, el uso de esta
técnica con cierta frecuencia puede mejorar en forma significativa la
capacidad de aprendizaje de los niños y de retención de lo aprendido.

Antes de enseñar a su hijo a confeccionar un mapa mental, comience por elegir
usted un tema con el que no esté familiarizado y lea algún artículo. Verá cómo
se divierte y cómo le resulta muy clarificadora. La técnica debe ser realizada
en un clima afectuoso y de libertad, para que el niño aprenda a utilizar los
mapas mentales con agrado.

Neva Milicic.
por cecimam
#204730 martes 10 de julio de 2007

Cambiar los guiones negativos

Por NEVA MILICIC

sicóloga

La mamá de Tania se quejaba de la dificultad que tenía su hija para
obedecerle, pese a que la había castigado y retado por desobediente en muchas
ocasiones. "Estoy harta de repetir lo mismo hasta el cansancio sin resultado",
decía. Para conseguir el resultado, la madre de Tania tenía que cambiar el
guión. Brooks y Goldstein, dos psicólogos americanos, en su libro "Cómo
fortalecer el carácter de los niños", explican la importancia de los guiones
en la paternidad y sostienen que "las palabras y conductas usadas al criar
nuestros hijos, reiteradas una y otra vez en situaciones similares y en formas
análogas con resultados predecibles, se convierten en los guiones de la
paternidad".

Cuando los guiones dan resultados positivos, deberían seguir siendo
utilizados; pero con frecuencia estos guiones son ineficaces y negativos para
ayudar al niño a desarrollar un carácter positivo, y es necesario cambiarlos.
Es habitual que ante la falta de resultados, muchos padres insistan en una
misma forma de enfrentar el problema, e incluso intensifiquen su
comportamiento, con lo que sólo logran aumentar los conflictos. En el caso de
Tania, cada vez que ella desobedecía, los gritos iban en aumento. El padre
decidió consultar cuando la niña, que tenía siete años, empezó a mentir como
una forma de evitar el castigo y el descontrol de sus padres. Las mentiras de
Tania fueron para sus padres una señal de que era imprescindible cambiar la
forma de tratarla, y por eso acudieron en búsqueda de ayuda.

Y por supuesto cambiar un guión negativo y reescribirlo en positivo no es tan
fácil, porque los guiones de la paternidad se basan en nuestras creencias,
acerca de cómo hay que educar a los hijos, y en la forma en que se fue educado
en la infancia y la adolescencia, que aunque no les haya gustado a los padres
en su propia infancia, sin duda influye en forma de piloto automático en el
modo de educar.

El cambio de guión pasa por detener la escalada de críticas y quejas que han
resultado insuficientes para conectarse empáticamente con el niño, y desde
allí encontrar oportunidades para alentar y desarrollar lo que se quiere
lograr. A veces un cambio mínimo en la conducta de los padres en la forma de
pedir y enseñar tiene un enorme impacto en los comportamientos de los niños y
en la actitud hacia sus papás.

Es bueno preguntarse para reescribir el guión con que tratamos a los hijos:
¿Es una forma de enseñarles respetuosa y conectada con sus emociones? o ¿les
expreso suficientemente cuánto los quiero?

Abrirse a cambiar aquellas expresiones que usamos con frecuencia y que han
deteriorado el ambiente familiar, y no han tenido impacto en transformar las
conductas del niño, es una señal de madurez emocional y de preocupación por el
bienestar de nuestros hijos.

Neva Milicic.
por cecimam
#204732 ¿En qué crees?


Por NEVA MILICIC
sicóloga

En su libro "Escucha mi voz", la escritora italiana Susanna Tamaro plantea: "A
cada niño que nace se le debería entregar un pergamino con dos preguntas
fundamentales, que son a las que de alguna forma cada persona debe responder
durante su vida. Estas preguntas son: ¿En qué crees? y ¿Por qué vives? Y
posteriormente, con ese mismo pergamino –conteniendo todas las acciones
realizadas durante nuestra vida– habría que presentarse ante la muerte". Estas
dos preguntas, sin duda, están conectadas entre sí, ya que de alguna manera lo
que creo determina el ¿por qué? y el ¿para qué vivo?

Si usted cree que lo que hace por su familia es importante, trabajará con
energía para hacer cosas que la beneficien, para mantenerla unida, arreglar la
casa para que se vea más bonita, y lo que es más esencial, pondrá su energía
en construir un espacio en que las personas que viven en ella encuentren paz y
felicidad.

Y ante la primera pregunta, ¿en qué crees?, la primera creencia que ha de
transmitirles a los niños es la certeza de saberse muy queridos y de ser muy
queribles.

Los sistemas de creencias guían las acciones de las personas, sean ellas
niños, adolescentes o adultos. Si usted, por ejemplo, cree que es posible
ayudar a cambiar las cosas, se esforzará por hacerlo. Si, por el contrario,
piensa que nada de lo que haga afectará realmente lo que sucede, podrá caer en
una actitud pasiva o pesimista y paralizante.

Las creencias familiares se transmiten a los niños de generación en generación
y son las raíces de las cuales se nutrirá su actitud frente a la vida. Aunque
durante la adolescencia critiquen las creencias de sus padres, tiende a haber
un reencuentro con sus raíces posteriormente.

Cuando una madre transmite un mensaje desesperanzador acerca de lo que es
posible hacer, ésta será la savia con que el niño o la niña crecerá, y será el
prisma a través del cual percibirá la realidad.

Raimundo, un adulto de 36 años que consultó por depresión, después de 2 años
de sicoterapia decía: "Me tomó mucho tiempo liberarme de la visión fatalista
que me entregó mi padre del mundo. Él me transmitió que el mundo era un lugar
extraordinariamente peligroso. Pasé muchos años en mi trabajo más bien
defendiéndome que colaborando con otros. Afortunadamente, en la terapia pude
rescatar la figura de mi abuelo paterno, que en condiciones muchísimo más
desfavorables logró salir adelante".

El rescate de las creencias familiares positivas será la savia del árbol que
dará frutos y pondrá energía al actuar. Entonces, preguntarse cuál es el
sistema de creencias que les estamos transmitiendo a los niños no es trivial.
La respuesta a esta pregunta, ya sea entregada en forma explícita a los niños
(de manera verbal) o implícita –a través de los gestos y conductas que
reflejan los valores de la familia–, va a explicar en forma importante lo que
los niños crean y piensen que pueden lograr, y cuál es el sentido y su misión
en la vida.
por cecimam
#204735 martes 7 de agosto de 2007


Cuidado con los niños modelos

Por NEVA MILICIC, psicóloga

Si bien a todos los padres les gustaría tener "niños modelos", de los cuales
les fuera posible enorgullecerse por su excelente rendimiento y por su
comportamiento ejemplar, hay que tener cuidado que los hijos no paguen una
factura emocional excesiva por cumplir siempre sus deberes, o que se sientan
excesivamente culpables cuando no logran el rendimiento esperado por sus
padres.

El costo del perfeccionismo puede ser enorme y paralizante, porque el temor a
equivocarse o a no hacerlo perfecto puede subir de tal forma la ansiedad, que
terminará por limitar la capacidad de acción del niño o la niña.

Boris Cyrulnik, en su último libro "De cuerpo y alma", analiza una
investigación de Fonseca y otros, presentado en París, cuyo título es "En qué
se transforman los niños modelos". Los hallazgos plantean sorprendentemente
que se encontró que los niños modelos se habrían convertido más frecuentemente
en personas que presentaban cuadros ansiosos y depresivos que los niños que
presentaban problemas en la infancia. La situación peor fue la de las niñas.
La pregunta final que se hace Cyrulnik es "¿Ha exigido excesivamente la
escuela pagando el precio de su placer de vivir? ¿y es esta exigencia la que
los hace transitar la vía de la depresión?".

El exceso de exigencias internalizado finalmente como autoexigencia hace
ponerse varas tan altas, que para cumplirlas, el niño(a), tiene que poner una
energía tal que puede hacerlo muy vulnerable a la ansiedad y a la depresión.

En relación a por qué las mujeres que fueron "niñitas modelo" tienen más
ansiedad y depresión que "los niños modelos", que por supuesto también la
experimentan, se han planteado diferentes hipótesis. ¿Puede ser que las
mujeres tengan más obligaciones que los hombres y además menos postergables,
por ejemplo, las camas hay que hacerlas todos los días; a los hijos hay que
alimentarlos a determinadas horas o llevarlos al médico cuando lo requieran.
Se plantea que, adicionalmente, gran parte de la responsabilidad de las tareas
domésticas recaen más sobre las madres.

Pero también se plantea la hipótesis que a las niñas se les toleran menos
errores o pequeñas transgresiones. Por ejemplo, si una niña se ensucia cuando
está jugando, es posible que se la envíe rápidamente a cambiarse ropa, en
tanto que al niño se le tolerará más el que ande desastrado o sucio.

Otra hipótesis posible es que a las niñas se las aterrorice más con el medio
ambiente, como una forma de protegerlas del peligro, pero que junto con ello
se logra que conciba el mundo externo como un lugar más peligroso, en el que
arriesgarse sea equivalente a una catástrofe segura, generando así ansiedades
innecesarias.

Especialmente con los hijos modelos es necesario evitar que se sientan
abrumados con lo que creen son las expectativas de los padres. No es
infrecuente escuchar decir "me da miedo defraudar a mis padres".

Es necesario alentarlos a correr algunos riesgos, sin temor a la falta de
éxito. Entregarles un mensaje explícito que aunque no te vaya bien te vamos a
querer igual. Tolerar con humor cuando las cosas no resultan bien, de tal
manera que los hijos aprendan por modelo que no por un afán de perfección
ilimitado se va a perder la alegría de vivir. Enseñar que los contratiempos y
la adversidad son parte de la vida, lo que no quita que se hagan esfuerzos
para que las cosas resulten, pero que en toda empresa que se empieza hay
riesgos de que las cosas salgan en forma diferente a lo presupuestado y no por
eso se es menos querible.

Neva Milicic.
por cecimam
#204736 Del amor y la paciencia

Por NEVA MILICIC

Una vez escuché a una mujer preguntarle a su pareja, a propósito de una
diferencia de opiniones acerca de la cual llevaban bastante tiempo tratando de
ponerse de acuerdo, ¿Qué se me irá acabar primero, la paciencia o el amor?
Esta pregunta encierra una verdad muy profunda; el amor es por esencia
paciente y tolerante, y esto explica en parte la abnegación de los padres en
el cuidado cotidiano que le dan a sus hijos.

El amor que se siente por los hijos hace que la paciencia sea una de las
virtudes que están más presentes en una maternidad nutritiva. Los padres deben
con frecuencia postergar sus propias necesidades e intereses para atender las
necesidades de los niños, lo que es un sacrificio cuya única recompensa es la
felicidad de los hijos.

Cuando un día sábado después de una semana de trabajo agotadora usted se
levanta temprano para salir con sus hijos, cuando en realidad hubiera
preferido quedarse durmiendo hasta tarde, pero parte con su mejor cara
dispuesto a disfrutar de la aventura, es una expresión de su amor. Para que
este amor sea percibido por los niños se requiere que sea entregado con una
actitud positiva. Si la salida se hace con cara de víctima o regañando y
quejándose sin parar, quizás sería mejor que se quedara durmiendo.

Desafortunadamente, la paciencia no se compra en los supermercados y no sólo
se explica desde el amor, sino que también se puede ir perdiendo desde el
cansancio y desde los problemas familiares que son una fuente de estrés.
Cuando el niño o la niña percibe que sus padres pierden con mucha frecuencia
la paciencia y por detalles sin importancia, y que en esta situación se enojan
o los castigan más de la cuenta, tienden a interpretar este hecho como
desamor. Y lo que es peor, en muchos casos pueden atribuir este desamor a una
falla de ellos, percibiéndose entonces como "no queribles".

A veces en los momentos en que se pierde esa virtud, se dicen adjetivos muy
hirientes sin pensar cuán dañinos pueden ser, como por ejemplo "cómo puedes
ser tan inútil'. Estas exclamaciones la mayoría de las veces no reflejan lo
que el papá o la mamá quisieron decir, sino que son producto de la ofuscación.
Pero no se pueden borrar y entran en la mente del niño o niña como la opinión
de personas más significativas como son sus padres. Si usted está perdiendo la
paciencia por cosas triviales y percibe que esto está dañando su relación con
su hijo, revise su estilo de vida. Una de las competencias parentales más
importante es saber pedir ayuda cuando se necesita. Si no lo hace por usted,
hágalo por sus hijos. La paciencia es percibida por sus hijos como una
expresión de su amor por ellos.

Neva Milicic.
por cecimam
#204740 martes 4 de septiembre de 2007

Los temas omnipresentes en las familias

Por NEVA MILICIC,
sicóloga

Este título fue tomado en préstamo del maravilloso libro del escritor
portugués y Premio Nobel de Literatura José de Saramago, llamado "Las pequeñas
memorias", un relato magistral de los recuerdos de infancia del autor. Escrito
con poesía y belleza, va dando cuenta de la percepción de un niño de los
hechos y situaciones que marcaron su infancia.

Cuando se escucha y observa a cada familia, es posible observar la presencia
de temas recurrentes, es decir, temas que aparecen con mucha frecuencia en la
mesa de conversaciones familiares. En la medida en que se va conociendo el
mundo interno de una familia, se va percibiendo que hay temáticas que marcan
su historia y que dejarán su huella en el moldeable siquismo infantil.

En algunas familias la presencia de estos temas es enriquecedora; se centra,
por ejemplo, en lo que hicimos en las vacaciones, o en los libros que se
leyeron y releyeron, las recetas de cocina que se cocinaban con frecuencia, en
las anécdotas familiares o en los paseos en bicicleta. Estas familias crean un
ambiente cordial y nutritivo, lleno de pequeñas y reiteradas historias
familiares que hacen parte de la cultura familiar.

Cuando los niños son pequeños, las conversaciones son sobre sus logros y
aprendizajes, o sobre sus representaciones, la mayoría de las veces muy
simples, en que ellos actúan para sus padres y sus tíos en forma reiterada y
posiblemente con no mucho talento; en este contexto se sienten acogidos por el
amor incondicional de la familia.

Cuando los hijos van creciendo, las conversaciones son, por ejemplo, sobre
alguna ida al cine, en que se aprovecha de conversar sobre la película de
manera informal mientras se come una poco saludable, pero deliciosa pizza. En
este contexto, se va recibiendo una educación emocional que favorece el
desarrollo de la inteligencia emocional.

Desafortunadamente, en otras familias estas conversaciones están marcadas por
el signo del conflicto y de la crítica. En ellas, la atmósfera es desagradable
y hay una sensación de estar "pegados" con temas que no favorecen el
crecimiento emocional. El clima resultante será nocivo para la construcción de
la identidad. Son las familias a las que les cuesta acotar los conflictos a un
espacio y un tiempo, ya que muy rápidamente se desbordan emocionalmente,
sacando a relucir, venga o no venga al caso, las situaciones problemáticas. Es
una concentración en lo negativo que les dificulta poner freno. Se ejemplifica
en el hecho de que cuando un niño o una niña ha tenido un logro, en vez de
disfrutarlo, se hace un comentario del tipo "Si siempre fueras así", a veces
acompañado de un suspiro que da cuenta de, como dicen los adolescentes, "una
onda negativa".

Este comentario que rompe tanto la valoración del logro retrotrae el clima a
la situación de conflicto. No sólo anula el efecto positivo de lo sucedido,
sino que trae a la memoria emocional el recuerdo de todas las situaciones
dolorosas o insatisfactorias. Y entonces lo negativo se hace omnipresente,
marcando las conversaciones familiares de negatividad. Ojalá no sea su caso,
ya que muchas veces no se tiene una intención negativa, sino que esta actitud
refleja una creencia de cómo educar emocionalmente.

Reflexione cuáles son sus conversaciones familiares reiteradas: ¿Cómo podría
enriquecerlas? ¿Cómo podrá disminuir los temas negativos? y ¿Cómo aumentar la
memoria emocional positiva?




Neva Milicic.
por cecimam
#204743 Aprenda a frenar





Por Neva Milicic, sicóloga

Un error frecuente y del que no se tiene conciencia al momento de educar a los niños, es el no saber frenar a tiempo cuando se está reconociendo a un niño o una niña que realizó algún progreso en un área deficitaria. Por ejemplo, si escribe con buena letra al realizar una tarea, cuando habitualmente en sus trabajos tiene mala caligrafía. Posiblemente este esfuerzo sea estimulado por sus padres, diciéndole "muy bien, qué bonito te quedó".

El problema que llamo "no saber frenar" se origina después de este bien ganado elogio, cuando en forma casi instantánea, los padres continúan agregando ¿"ves que puedes"?, "ahora sí que te quedó bien".

Usted se preguntará y ¿qué tiene de malo este comentario?

A simple vista aparece muy pedagógico, pero lo negativo radica en que este comentario incluye una velada crítica al comportamiento habitual del niño al escribir, recordándole que su letra es fea.

Comentarios como éste, hechos con la mejor intención, abren en la mente del niño o la niña, la carpeta emocional del fracaso, de la angustia y de las dificultades en la relación. Así, de forma involuntaria, se disminuye el impacto emocional positivo que tenía el elogio.

Para ponerlo en fácil, imagine usted a una madre que se esmera en ordenar la casa y tenerla bonita para cuando llegue su marido, lo que no es fácil cuando hay niños pequeños. Recibe un comentario elogioso de parte de él, ¡"qué bonita está la casa"!, pero a continuación una frase lapidaria: "Así podría estar siempre, ¿ves que es posible? ¡Da gusto llegar a una casa ordenada!'.

Esta verbalización hecha sin ninguna mala intención, probablemente logrará que esa madre se sienta descalificada, que se enoje con el marido y sin duda no servirá de estímulo para que ella continúe en su afán de ordenar. O si un marido se levanta gentilmente a hacer el desayuno el domingo en la mañana y recibe como refuerzo una frase del tipo "¡qué bueno, mijito! Ojalá lo hiciera así todos los domingos para poder descansar, ¿se da cuenta el trabajo que es?".

Estas reflexiones que, aunque podrían ser muy justas, tienen el poder de anular el efecto original de dar reconocimiento por lo realizado, y se transforma en una crítica encubierta que provocará un conflicto en la relación. Por eso, cuando su intención sea dar un estímulo o reconocimiento, hágalo con intensidad y afecto, pero tenga el suficiente autocontrol como para ahorrarse todos los comentarios que inevitablemente y legítimamente se le vendrán a la memoria. Haga stop; siempre lo que se dice hay que sentirlo; pero si se quiere conservar sus vínculos afectivos, no es necesario decir todo lo que se piensa y siente.

Para desarrollarse, los niños necesitan sentirse lo más validados posible, ser reconocidos en sus logros, y les es muy dañino que se les recuerde todo el tiempo sus incompetencias. Es recomendable reconocer sus logros, sin hacer alusión a las dificultades. No es fácil aprender a frenar, pero sí es un gran modo de tener buenas relaciones interpersonales.


Neva Milicic.
por guiomar
#204776 Gracias.
Sencillos y muy claritos.

Ah, y además nos dan la razón. ;-)
Avatar de Usuario
por mariquilla
#204782 cecimac, y si cambio este post a crecer sin lágrimas? te importaría? porque seguro que allí los lee más gente (entre ellas yo misma :oops: )

Mamá de JULIO (3/12/2004)
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