Ya en otras ocasiones os conté que es un niño de carácter muy vivo y complicado y que a veces se me acaba yendo la mano y le doy un cachete cuando ya no puedo más, aunque en los últimos tiempos me controlo muchísimo. Pero es que me hace las cosas muy difíciles.
La semana pasada fuimos al oculista. Se portó tan mal que me sentí abochornada e impotente para controlarle. No dejó que le miraran, no quiso hacer nada de lo que le decían y yo no fui capaz de conseguirlo, ni con sobornos, ni con buenas palabras. Iba llorando a voz en grito por los pasillos, la médica que nos atendía casi no pudo hacerle nada y yo podía leer en su mente: "QUÉ MALEDUCADO, VAYA PAPELÓN QUE TIENE ESTA MADRE, TAN PEQUEÑO Y YA NO PUEDE CON ÉL".
Yo no entiendo que a vosotras no os pasen ese tipo de cosas. Se supone que consentís mucho a vuestros hijos, en lo que llamáis las cosas que no son importantes: que si no quiere comer esto no lo coma, que si prefiere llevar el pantalón verde, lo lleve, que si hoy no se quiere duchar no se ducha. Y yo me pregunto si eso no os conduce a que vuestros hijos crezcan con el convencimiento de que pueden hacer lo que deseen, de que sois algo así como sus esclavos y pidan lo que pidan (salvo cuestiones de seguridad y poco más) lo van a lograr.
Por las noches Pedro se despierta una media de 3 o 4 veces. En ocasiones debe estar soñando porque dice "No, nooo" pero otras veces es porque de repente quiere un osito determinado para la cama, o un libro o no sé que otra cosa. Yo me levanto y para poder volver pronto a la cama e intentar dormir le doy lo que sea, pero me pregunto si eso es lógico. Tiene sentido una madre de un niño de casi tres años, toda la noche danzando al son que le toca el niño, con requerimientos totalmente absurdos. Y así un día y otro.
Estoy derrotada y muy cansada. Duermo muy poco y mal, mucho peor ahora que cuando era pequeño (aunque también me dio mucho trabajo conseguir que durmiera de un tirón entonces).
No entiendo que a vosotros no os pasen cosas así. Que no se os descontroles unos niños que criáis de un modo tan permisivo. Yo estoy de acuerdo en dar mucho amor y atención, pero no sé si en esto de los límites estoy haciendo las cosas al revés. Se puede amar mucho y sin embargo poner condiciones a las actitudes de nuestros hijos, supongo...
Ya me veo en un psicólogo para que me diga cuatro reglas a aplicar antes de que el niño se me vaya completamente de las manos.
Por favor, no me riñáis, soy una persona preparada, he leído montones de libros con muy diversas orientaciones sobre crianza y educación, he ido a charlas de psicólogos y educadores sobre el tema. Pero es que no sé porque a vosotras os responde este modelo y a mí me hace pasar una vergüenza terrrible día sí, día también.
Gracias por la atención,
Malena, una Mamá desesperada y desorientada.