Todos tenemos momentos malos y reacciones no demasiado buenas en un momento determinado en el día a día con nuestros hijos, pero hemos de tratar por todos los medios de reconducirlas de la mejor forma posible y de pararnos a pensar el porque de esa reacción y que podíamos haber hecho para evitarla.
Esta es una reflexión que me hice ayer a mi misma, precisamente por una reacción que tuve totalmente fuera de lugar con Manuel y que quiero compartir con vosotros por si os puede ayudar a evitar estas cosas en la medida de lo posible.
El sábado fuimos a comprar ropa para Manuel ya que este verano a pegado un buen estirón y no le sirve nada del año pasado ahora que ya se acerca el frió, ayer le estaba probando unos pantalones para doblarles el bajo ya que le quedan largos y no se estaba quieto ni un momento y me era completamente imposible tomar bien la medida para doblarlos (e de reconocer que soy muy quisquillosa en el largo del pantalón y tiene que estar exacto), pues entre el estate un poquito quieto que es un minuto y el otro jugando con un peluche sin querer me dio con el peluche en el ojo y me hizo daño, en ese momento que vi las estrellas y estaba ya hasta las narices de no poder medir el dichoso pantalón sentí una rabia inmensa y por no descargarla contra el, le dije “Ya esta bien” sin gritar pero con un tono que os podéis imaginar cogí el peluche con gran rabia y lo azote al suelo con todas mis fuerzas, el pobre primero se quedo mirándome con los ojos como platos y después se tiro boca abajo en la cama y se tapo la cabeza con la almohada arrinconándose contra una esquina poniendo pucheros, ahí ya me di cuenta lo cogí en brazos le pedí perdón y le dije que no tenia que haber hecho eso que estaba mal y que de verdad lo sentía de corazón su cara cambio radical y si vierais la sonrisa que me dedico casi se me saltan hasta las lagrimas, le dije que a veces mama también se equivoca pero si el veía que yo hacia algo que no le gustaba que me lo podía decir con toda confianza y trataría de no volver a hacerlo le di un montón de besos y le volví a pedir perdón y me dice no te preocupes mami ahora mismo yo te quiero mucho (aquí casi se me cae la baba lo de ahora mismo, significa mucho para mi ya que es algo que yo le había explicado muchas veces a el, que aunque me enfade a veces por algo que hace o no me guste lo que a hecho no dejo de quererlo y que aun en esos momentos lo quiero con toda mi alma, ya que a ellos les da mucho miedo defraudarnos o que dejemos de quererlos) con esto a su modo quiso decirme que entendía que me hubiese enfadado porque el a veces también lo hace y que aceptaba mis disculpas.
Y ¿por qué reaccione así?, pues sencillamente porque odio doblar los bajos a los pantalones es algo que no me gusta nada y quería quitarlo del medio cuanto antes, con lo cual internamente ya estaba enfadada por tener que hacer esa tarea en domingo cuando no me apetecía nada, y entonces el peluche en el ojo solo fue la gotita que desbordo mi enfado.
¿Qué tenia que haber hecho? Pues simplemente lo que hice después, respirar hondo y convertir la prueba en un juego, saque unos pantalones del año anterior para que viera todo lo que había crecido en el verano y le dije que al doblar los pantalones íbamos a ver todo lo que crecía ese año y lo mayor que se estaba haciendo, y me dice si mami estoy creciendo mucho mira hasta donde llego ya y se estiraba para llegar a las estanterías de arriba y me decía el año pasado no llegaba aquí y luego se estuvo muy quietito mientras yo le doblaba los bajos al pantalón.
Con lo cual y después de todo este rollo antes de hacer algo que no nos resulte excesivamente atractivo ni a nosotros ni a nuestros hijos, parémonos un segundo a pensar la mejor forma de hacerlo y esperemos a tener el humor necesario para hacerlo, y en ultimo caso sepamos reconocer nuestros errores y pedir perdón a nuestros hijos.