1. La decisión de escolarización debe ser compartida entre los miembros adultos de la familia. El consenso es fundamental para conseguir un mensaje coherente hacia el niño.
2. Ordenar la situación, conferirle sentido y significado adecuado, ofrecer claras condiciones y sostener un mensaje claro, adulto y tranquilizador hacia el niño son medidas indispensables.
3. Los niños necesitan saber que los adultos somos capaces de controlar la situación. A diferencia de los niños, los adultos sabemos lo que va a ocurrir y por qué están allí. Nuestra actitud es esencial para conseguir que el mensaje hacia el niño sea positivo, de seguridad y confianza.
3. La escasa experiencia vital del niño no debería confundirse con incapacidad para sentir, percibir y comunicarse.
4. El llanto es una herramienta de comunicación a través de la cual, los niños transmiten las sensaciones de displacer, sean de naturaleza física o emocional.
5. Negar o evitar el espacio para el llanto no es una medida acertada. El niño debe poder "decir" lo que siente y será tarea de los adultos sostenerle emocionalmente y ofrecer tranquilidad.
6. La familia y las educadoras deben colaborar y acompañar a los niños en este proceso de cambio, ofreciendo una actidu positiva, serena, de confianza y de seguridad. Es imprescindible que el niño sepa lo que ocurre y lo que ocurrirá. Es necesario que el niño pueda llorar si le apetece. Cambiar no es fácil y mucho menos cuando no sabemos hacia donde vamos, qué pasará y si luego regresarán papá y mamá.
7. No mentir, ni engañar o distraer al niño con el fin de evitar sufrimiento. El resultado es totalmente inverso a lo que se pretende con este tipo de estrategias. El desconcierto y malestar es mayor cuando además de estar frente a una situación nueva y desconocida se le agregan componentes de desconcierto y engaño.
8. Es muy importante despedirse siempre de los niños aunque sean muy pequeños.
9. Un buen proceso de separación será el que pueda ofrecer y mantener la confianza del niño en sus padres.
10. Durante el transcurso del proceso de inserción escolar, la prioridad debe estar puesta en las necesidades del niño. Las necesidades de los adultos deberán quedar en un plano diferenciado.
11. Favorecer espacios de diálogo con el niño para hablar de lo que está ocurriendo y evitar la presencia de los niños en los espacios de diálogo entre adultos.
12. Ser muy claros con los niños y contar en todo momento lo que estamos haciendo y lo que vamos a hacer luego.
Espero que os ayuden los consejos.
Bsos