he extraido algunos parrafos, el enlace con el articulo completo es este:
http://www.paidopsiquiatria.com/TDAH/tc9.pdf
[i]Existen una serie de dimensiones positivas de la conducta parental que están íntimamente relacionadas con el apego padres/hijos: la sensibilidad, la dulzura, la capacidad de respuesta y la capacidad de aceptación. De hecho, la calidad del apego nos dice, de alguna manera, de cómo un niño ha sido tratado. Así Reiss y col (1995) utilizando un protocolo controlando las variables genéticas de la conducta han demostrado que el nivel de actitud negativa de los padres frente al hijo predice los comportamientos antisociales, al margen de la predisposición genética., siendo otro aspecto muy importante la confusión de límites con inversión de los
roles.
Igualmente, la seguridad del niño predice los problemas de conducta a la edad de 3 a cinco años. El 60% de los niños clasificado como desorganizados a la edad de 12 meses mostraban
niveles clínico de conductas agresivas frente al 31 % de los niños evitantes, el 28% de los ambivalente y el 17% de los niños con apego seguro. Un apego desorganizado a los 12-18 meses predice de forma significativa un problema de conducta de forma significativa, aunque
de forma débil. Es el apego desorganizado el que origina el mayor problema de regulación emocional y el que muestra una mayor asociación con los problemas psicológicos (Shaw y Vondra, 1995).
Se ha demostrado que los niños con un trastorno negativista desafiante presentan de forma significativa un apego inseguro tanto a la figura paterna como materna. Sin embargo, el hecho de que un porcentaje importante de niños con trastornos de conducta presenten un apego
seguro, nos indica que el apego inseguro no es más que un aspecto más de los implicados en la génesis de los trastornos de conducta. Por tanto es importante resaltar que la “inseguridad” en el apego no es sinónimo de psicopatología.
Greenberg y cols (1991) estudiaron algunos factores asociados al trastorno negativi sta desafiante en niños en edad escolar encontrando cuatro dimensiones que predicen, según su investigación, este trastorno: el temperamento difícil, estrategias educativas parentales, la
adversidad familiar y el apego inseguro. Ninguna de ellas aisladamente sirven como predictores de riesgo. Cuando un niño presenta al menos dos o más de estos factores de riesgo se incrementaría en 34 veces más la probabilidad de presentar un TND. Desde el punto de vista metodológico esta investigación está considerada como muy importante, así como su defensa de la acumulación de los factores de riesgo en la etiopatogenia de los trastornos de conducta.
Ante todo sería la ambigüedad y la permisividad los aspectos educativos que más importancia adquieren en la etiopatogenia de los trastornos de conducta. Para Stormshark y cols (2000) la conducta oposicionista, agresiva e hiperactiva, se asociaría a actitudes parentales específicas. Todos los trastornos de conducta se asociarían a un tipo punitivo
de interacción entre padres e hijos, las relaciones poco afectivas o calurosas se asociarían los trastornos de oposición y desafiantes y las conductas agresivas, as u vez, se asociarían con conductas agresivas en los padres. De todas formas dos variables aserian
las que se encuentran más asociadas a los problemas de conducta: La implicación de los padres en las actividades del niño y la supervisión.[/i]