Pues bien, este lunes, festivo en Barcelona (no se si al final se amplió a otras poblaciones, algo escuché pero no estoy segura) llevé como es habitual a mi hija al parque. Al ser un día festivo faltan muchas de las habituales durante la semana, si es que hay alguna, y el ambiente cambia radicalmente.
Durante la semana, los niños comparten los juguetes. Las madres vigilan a los que saben que son más agresivos para que no "ataquen" a los otros, todos nos ayudamos de un modo u otro.
Los festivos, la gente ni se dirige la palabra. Nadie comparte nada. No hay ningún respeto por el parque en si mismo, dejándolo hecho un asco de suciedad, permitiendo a los niños hacer agujeros en la arena que después ahí quedan y en los que nos vamos cayendo todos, tarde o temprano... Vamos, como si llegaran las hordas bárbaras.
Y en esas, ese día, festivo como comentaba, mi hija vio a una compañera de guardería (mi peque va a la guarde poquísimo, de higos a peras, pero la he de tener porque no dispongo de ayuda y trabajo todas las tardes. Si me lo puedo montar paso de llevarla, pero si no me queda otra, pues va de cuatro a seis y a esa hora la recoge la canguro) a la que yo siempre observo especialmente porque me da una sensación de tristeza inmensa. Se me encoge el corazón cuando la miro.
Pues bien la situación es que mi hija estaba en el columpio y esta niña, sentadita en el suelo, toda seriecita haciendo cola. En estas que me doy cuenta por los gestos que le han entrado piedrecitas en las bambas y que se dispone a quitárselas. Y qué hago? Pues lo primero preguntarle para cercionarme: Te han entrado piedrecitas? Y me mira como quién mira a al virgen y me responde...sí. Entonces, hago lo que en una situación parecida hubiera agradecido inmensamente que me lo hicieran a mi. Le digo a la madre: Angela tiene piedrecitas. Y me responde: A saber porqué se ha quitado las bambas! Y se gira tan campante a seguir fumando, tomándose su coca cola y charlando con sus amigas que tenían el mismo de tipo de actitud para con sus hijas. Es que ni preguntarle siquiera!
En esto que mi hija desde el columpio, ve los intentos de esta niña por quitarse ella misma las piedrecitas de las bambas (había un montón, yo misma las vi, además son de esas gordas tipo gravilla las de este parque) y le dice: "Oye, as billa!!" Con un tono de autoridad que me dejó alucinada. En ese momento de poco no me troncho de risa si no me estuviera dominando tanto la pena. A mi hija la riño cuando se quita las zapatillas, y ella les llama así "billa" Y le digo: "Oye, las zapatillas!!!" Y claro, ella reñía a la niña tambén. Como vio que nadie le decía nada ni le ayudaba me dice a mi "mama, nena as billa" y yo, si mi niña, si, ahora vendrá mama y se las pondrá. Que le iba a decir? Al final me la tuve que llevar a otra zona porque estaba completamente sorprendida de que la niña andara descalza por todo el parque (ves a saber lo que hay en el parque!) y nadie le dijera nada.
La misma niña se tiró haciendo cola en el columpio como una hora. Claro como estaba allí sentadita, como la ponía su madre a hacer cola, nadie se imaginaba que estaba esperando así que todos los papás iban colocando a sus hijos en el columpio siguiendo los turnos. Y ella iba a su madre, la cogía del brazo, la llevaba al columpio. Y la madre, la volvía a sentar en el suelo, ala a hacer cola, le decía; la pobre aguantaba un rato y otra vez. Cuando consiguió subir al columpio? Cuando el día se oscureció, fue lllegando el mediodía, desapareciendo la gente.. y entonces, su madre la montó en el columpio. Pobreta, de verdad, todo junto me dio una pena inmensa. Y entendí con toda profundidad porqué cada vez que al miraba se me encogía el corazón. Porque, es que, no la he visto sonreir ni una vez