Ya tenía un ratito de no entrar ni escribir aquí. Pero ha pasado algo que quiero contarles y que quizá para muchos sea un detalle insignificante, pero sé que para ustedes va a ser igual de significativo que para mi.
Mi marido y yo llevamos a nuestra nena todos los sábados a un lugar muy lindo donde dan clases de estimulación temprana. A mi gorda le fascina porque además de divertirse le encanta estar rodeada de niños. En estas clases los papás se quedan con los papás y seguimos las pautas de la instructora.
Bueno pues para no hacer el cuento largo y cansado estabamos todos los integrantes de la clase en círculo y mi nena que ya gatea como loquita decidió ponerse en el centro de todos solita a ver y a interactuar con todos los demás.
Para mi lo importante de todo esto es que mi hija con tan poquita edad empieza a dar signos de independencia. Y eso me da todavía más gusto porque le tapa la boca a tanta y tanta gente que por tanto tiempo me ha criticado por apapacharla tanto, por practicar colecho, por atenderla 24 x 7 y por no dejarla llorar.
Gracias a todas las que en dormirsinllorar me han enseñado tantas cosas y han fortificado todo aquello que yo siempre pensé como correcto.