Estoy de acuerdo con Yuziel en que ya les vale a los hijos creciditos que se dejan pelar la fruta, pero también es verdad que muchas de esas madres se ofenderían al ver rechazado ese "honor". El problema es de todos, hombres y mujeres.
Así que igual por eso nos centramos tanto en los roles, en que los niños jueguen con coches y las niñas con muñecas, porque nos parece un reflejo de situaciones que hemos visto o vivido y nos han escocido, y a través de eso buscamos una especie de redención, una forma de expiar los errores cometidos por nuestros antepasados.
A pesar de todo, no creo que el permitir o prohibir que los niños jueguen con algo que no se considera "propio" de su sexo contribuya a que en un futuro sean de una manera o de otra. En mi opinión, nadie es machista o feminista, homo o heterosexual, tolerante o intransigente porque le hayan permitido o prohibido jugar con algo. Creo que esas actitudes derivan, en muchos casos, de comportamientos que hemos observado: la forma en la que nuestros padres se trataban el uno al otro, la forma en la que nos han tratado a nosotros, a los hermanos/as, la objetividad o falta de ella que nuestros abuelos/as han demostrado hacia los diferentes nietos/as, lo que los profesores decían en el colegio aunque no entrara en el temario, etc.
¿Habéis oído alguna vez lo de "los niños son esponjas"? Pues eso.
Besos.
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más...
Mi blog: El mundo de Kim