Dos cosas: una que yo tengo dos hijos, el primero todo dulzura y obediencia, muy sensible. Jamás ha pegado hasta hace poco, y solo a su hermano... Y ahí va el otro: su hermano, de 16 meses, todo lo contrario, todo carácter y, siento decirlo así, mala leche. Es tremendo. Tiene un carisma brutal, pero expresa su emoción siempre a tortas, cuando no mordiscos, arañazos, empujon es, tirones d epelo...
COn Paulo siempre me decía a mí misma: ay que ver cómo se nota que en casa le enseñamos a que las cosas se solucionan con calma, nunca le pegamos por eso él no pega, etc. (Huskitos, caí enesa trampa, sí). Y luego me vi con un enano que, sin ir a la escuelita, con un hermano tranquilón y uns papás que no pegan, le salió ese ramalazo de forma innata...
EN cuanto a lo de tus enfados, pues duele mucho sentirse así de "irado" (como dicen aquí en brasil), miles de emociones y sentimientos encontrados en décimas de segundo que, yo al menos, no sé cómo darles salida y a veces la pago con el peque, con una bronca demasiado poco apropiada. Pero eso me pasa sobre todo ahora, que se pasan el día pegándose y peleándose y al final del día se nos acaba la paciencia, porque eso de que se den leña sin motivo y a lo bestia... lo llevo fatal. Aveces cometo injusticias que trato de enmendar, espero que de eso también aprendan.
Ánimo y prepárate para enfrentar situaciones parecidas amenudo.
Elena.