Me acordé de un video en el que aparecen unos padres “enseñando” a dormir a su hijo con el metodito y la diferencia de opiniones que generó entre unos amigos y yo, ellos lo vieron en la televisión y al día siguiente me lo contaron entusiasmados (ellos le aplicaron el método a su hijo y estaban empeñados en que yo hiciese lo mismo), me contaron lo cabroncete que era el niño, y como lloraba sólo para hacer flaquear a su madre, y como se agarraba a la valla para salir de la habitación, y todo el cuento que le echaba y como en unos días por fin dormía estupendamente y “sin ningún trauma”, pues bien yo vi ese video en este foro ya pasados unos meses y lo único que hice fue llorar por ese niño, no os podeis imaginar la pena que me dio verlo llorar llamando a su madre y que nadie acudía a darle un abrazo, me pareció horroroso.
Otra cosa con la que me pasa lo mismo es con el tema de probar los límites, a veces escucho decir que los niños te ponen a prueba para ver hasta donde pueden llegar, y que te fuerzan para ver donde está el límite, yo nunca lo he creído pero ayer por la tarde lo dude cuando estando hablando con mi madre Hugo se sienta en la mesa de cristal del salón y le digo la mesa no es para sentarse que se puede romper y lo bajo, y él me ve y se vuelve a sentar y a la tercera lo cojo y me lo llevo y se lo vuelvo a explicar, entonces él me pega y de repente pienso “vaya si que me está probando” pero entonces me doy cuenta de que desde que llegué él me está pidiendo que juegue con él y yo lo estoy haciendo pero a la vez hablo con mi madre, y que con esa actitud mi hijo lo único que pretende y consigue es que le preste toda mi atención, no está intentando fastidiarme, ni poner en duda mi autoridad (como dirían muchos), sólo quiere un poco de atención de su madre a la que no ha visto en todo el día.
Por eso sólo digo que intentemos recordar siempre que los niños son buenos que no hacen las cosas por fastidiarnos y que lo que más quieren en esta vida es a nosotros, que son los primeros en perdonar nuestros errores, como ayer Hugo cuando le dije si estaba enfadado porque no le hacía caso y me dijo “es que yo te eche mucho de menos”
Y creo que ahí está básicamente la diferencia entre unos padres y otros, aunque todos hagamos las cosas pensando en que es lo mejor para nuestros hijos, unos pensamos que son unas personitas adorables cuyo único fin no es amargarnos la vida y otros piensan que son unos tiranos a los que hay que domesticar y enseñar quien manda.