Las cunas (la de casa y la de viaje), con sus sábanas, mantitas, chichoneras, etc. Nada, no la ha querido ver nunca (normal; a mí tampoco me gustaría dormir en una jaula con barrotes). Lo más que la ha usado ha sido durante un par de horas, hasta que se pasaba a nuestra cama. Ahora ya directamente la he quitado y le acuesto en un colchón en el suelo (pero, igual que antes con la cuna, sólo hasta que se despierta a media noche y viene a nuestra cama).
La hamaquita. Más de lo mismo. Al principio le hacía gracia, pero un par de minutos como mucho. Luego ya la mandé al trastero.
El cambiador. ¿Para qué necesitamos un mueble especial para cambiarles? Esto sí que no lo he usado ni una vez, sólo los cajones para guardar ropita; le cambio sobre la cama, y ahora le encanta echar a correr (gateando) por la cama, con el culo al aire, para que le persiga . Menos mal que esto no lo compré, me lo prestaron.
El carro . Sólo al principio usé el cuco para llevarle en el coche. Y ahora uso la silla alguna vez si salimos y va a coincidir con alguna de sus siestas, pero sólo para que tenga un sitio donde echarse a dormir. Si no, sólo mochila o brazos, o ya, a ratitos, andando de la manita.
Biberones y el correspondiente esterilizador de biberones. Sólo durante un par de meses los usó para que le dieran la leche mientras que yo trabajaba. En seguida pasó a la cuchara y el agua la quiere en un vaso normal y corriente (¿y para qué compré yo tantos biberones si pensaba dar el pecho ? Supongo que no confiaba en mi capacidad para amamantar… )
Chupetes . Tampoco los quiere ni ver. Sólo un poquito para dormir, y sólo cuando yo no estoy. Si estoy yo, quiere su tetita, nada de chupetes.
Potitos. Alguna vez los he comprado por si íbamos a comer fuera y me dijo que de eso nada… que le gustan los purés que le hace mamá… y no me extraña. ¿Habéis olido los potitos? ¡Eso huele fatal!!! ¡Deben de estar malísimos!!!
Juguetes. No le gustan. Le gusta jugar con nuestras cosas: el teléfono, el mando a distancia de la tele, los rollos de papel higiénico, los grifos… Menos mal que de esto tampoco le hemos comprado casi nada, los que tiene son “heredados” de sus primos…
La guardería. Más dinero que malgasté porque en seguida le saqué (ya os conté la historia)…
Y más cosas que podría haber comprado y que afortunadamente no “caí”: parque, moisés… seguro que a vosotras se os ocurren más cosas.
Pobres bebés, decimos que “necesitan mucho gasto” y lo único que quieren es estar con su mamá y con su tetita… ¡dichosa publicidad, cuánto daño hace!!!!!
Pero para el próximo ya lo sé y no repetiré la novatada…
Y como dice el anuncio: he malgastado mucho dinero en todas estas cosas, pero ver a mi niño tan feliz sin usar ninguna de ellas… ¡no tiene precio!!!