Resusta que fui a una tienda pequeñita, de esas familiares de toda la vida. Tras el mostrador tienen el almacén y ese día la puerta estaba abierta. Dentro estaba una Sra. de edad (la abuela), una chica y su hija de unos seis años. Pues bien, no se que hizo la niña, pero la madre le dió un azote (yo no lo vi) y lloraba desconsolada. Le madre le recriminaba que lo que había hecho, estaba muy mal. La pobre niña tiraba de la blusa de su madre, llamándola, pidiendo perdón, totalmente desconsolada. Su madre la ignoraba... La niña se rascó la espalda y levantó un poco la camiseta de su uniforme, me quedé a cuadros cuando ví la marca roja de la mano de su madre. Pobre niña, cómo lloraba, y como la ignoraban..
La dependienta cerró la puerta comentando, aish, con este calor como se ponen los niños. Y yo le contesté: pues igual que los adultos, aunque ellos con mimos y cariño, ya se reconfortan.
Me dolió en el alma ver esa escena. Por unos mOmentos sentí en carnes propias la desesperación de esa pobre niña. Cómo dolía dentro...