Pero cuando Adriano empezó a gatear, todos los abrazos y besos que le había dado hasta entonces, empezaron a convertirse en miradas pelín hostiles, porque ahora su hermano ya iba a quitarle juguetes, etc.
De ahí, cuando Adriano cumplió el añito, más o menos, Paulo empezó como a querer agredirle, ponía las manos como garras en sus bracitos y se contenía, pero le temblaba todo el cuerpo y casi que le chirriaban los dientes, de la fuerza contenida.
Pero es que ya lleva unas semanas que no se contiene, y le está pegando mucho y fuerte, le está haciendo daño. Mientras que al margen de esto sigue siendo tranquilo con el resto de niños en el parque y en el cole.
Estoy preocupada, porque por más que le explico que no puede hacer eso, que las cosas no se solucionan pegando, que si le molesta algo intente explicárselo, o que me lo diga a mí para intentar solucionarlo, y que aún así aún es muy pequeño para entender todo, que hacer esas cosas no es bueno, que duele mucho y a él no le gustaría, etc. Nada, no estoy consiguiendo nada, a la mínima, y muuuuuuchas veces sin motivo ninguno (no siempre), descarga verdadera rabia en el peque, le da puñetazos en la espalda, le muerde fuerte (tiene la marca de toooooda la dentadura en su bracito, dsde hace dos días), le pega con toda la mano en la cabeza, le pellizca...
Y todo con verdadera rabia. Lo cierto es que el enano no es ningún santo, sino todo lo contrario, al revés de lo que ha sido siempre Paulo. Adriano es muy pegón, a veces incluso de pura emoción, cuando ve llegar a Paulo del cole se le ilumina la cara y corre hacia él emocionado y expresa su emoción con una torta, pero de pura emoción positiva, de verdad. AUn así le explico que eso no puede, etc. Pero nada, poco consigo también.
la diferencia está en dos cosas: una que Adriano aún no tiende siempre que tal o cual cosa no se puede hacer, a pesar de lo cual no dejo de explicárselo y de intentar que no lo haga. Y dos, que cuando él pega, no duele, pero cuando Paulo pega, sí le duele al peque.
¿qué puedo hacer? ¿Cómo hago que Paulo deje de ser tan agresivo con su hermano? ¿Y cómo hago que el enano deje de serlo también...? Porque aunque ahora no tenga fuerza todavía, la tendrá, y no quiero que sea así. Nunca ,me hace caso, es muy pegón, muy bicho, la verdad. Me pongo seria, le digo que no con el dedito, con firmeza, si sigue le retiro de ahí (le entran unas rabietas...), y sigue pegando, y en cuanto me doy la vuelta vuelve...
Estoy tan desconcertada que el otro día se me escapó una torta a Paulo, cuando escuché un grito de pavor del peque y llegué y le vi morado, casi sin respirar del llanto fuerte que tenía, y tda la marca de la dentadura de Paulo en el bracito. No pude contenerme y le di una torta en el brazo a Paulo, que estaba sentado a su ladito mirándome como diciendo, "sí, he sido yo". Es que llevaba todo el día intercediendo con toda la calma que podía, explicando las cosas, y era la última hora del día, poco antes de acostarles ya, y no me quedaba paciencia.
No me gusta reaccionar así, no creo que sirva para nada, pero me tiene all-ímite, se está apsando, ciertamente, y no sé cómo hacerle cambiar de actitud. Va a acabar haciendo daño a su hermano, más todavía. Le empuja y se cae, se está dando golpes con todo el pobre...
¿QUé hago?
Gracias,
Elena.