Lo peor es que eso está haciendo que no disfrutemos n un solo momento del día, porque si no están llorando están con rabieta y sino de mal humor, con el no quiero, o desobedeciendo y provocando...
Acabo agotada. me esfuerzo por prestarles mucha atención, por premiarles con grades sonrisas y abrazos los buenos comportamientos, de hacerles ver lo bien que resulta estar todos amigos y contentos... Hablo con ellos, les explico las cosas (a los dos, pero sobre todo a Paulo, de casi 3 años, qe es el peor estos días en ese sentido, y además, el que más entiende), trato de mediar con buena voluntad...
Pero el ambiente se va calentando y acabo de los nervios toooooooodas las tardes, no hay quien aguante esto con talante, de verdad. me acaban sacando de mis casillas. paulo está súper provocador, nunca ha sido así. le digo que no haga algo, sonríe y lo hace más. Aunque me ponga seria y le diga que ni hablar, etc. Nada, ni caso. Me descoloca.
Soy totalmente en contra de pegarles, pero no niego que a veces me entran unas ganas de darles un buen cachete... Que me contengo, pero me quedo nerviosísima, de verdad. Se me acumula una tensión horrible en el cuerpo, que tampoco le beneficia, porque acabo gritándoles, que tampoco quiero hacerlo, pero es que no logro contenerlo, de verdad.
Veo como su hermano pequeño se cae al suelo, llora por haberse caído, y todavía va el otro y se acerca para "rematarle" con una torta en la cabeza. le digo que eso ni hablar, que es una cosa que no me gusta nada, que pegar duele, que es feo hacer eso, que mejor hablar las cosas, que si está enfadado con su hermano se lo diga, o melo cuente a mí, pero que no arregle las cosas pegando... Y lo hace de nuevo. Y le regaño y l hace otra vez... Me están sacando de mis casillas, de verdad.
O como el pequeño quiere morder al otro, que está tranquilo leyendo un cuento o haciendo plastilina, y le digo seria, pero calmada, que no se hace daño al hermano y va más todavía, y le sujeto para que no le muerda, y se desespera y le entra una rabieta horrible al enano, con 14 mesecitos, que no hay como contenerle, se pone morado y todo de la rabia que tiene. Y claro, me angustia muchísimo.
Es que no se les ve felices en ningún momento del día. Sufren, sienten dolor por todo esto, sienten enfado, rabia... Pero no les veo sentir alegría y traquilidad. Algo habrá que se pueda hacer, ¿no? No quiero seguir véndoles sufrir así, y además, necesito estar calmada con ellos, disfrutar d ellos, porque me están quitando las ganas de estar con ellos, ya que me agota y no estoy disfrutando, estoy sufriendo mucho. Solo quiero que se duerman para quitármelos de encima y poder descansar un rato... Es horrible, l sé, por eso quiero que cambie algo.
Sé que es una fase, y que pasará, pero ¿qué hago para mejorar las cosas? Aparte de seguir explicándoles que no se pega y demás, ¿qué actitud debo tomar?
Gracias chicas,
Elena.