Tengo una niña de un año.
Hasta ahora ha sido una niña muy alegre, que disfrutaba mucho de todo, siempre riendo, super simpática y muy sociable.
Pero de repente, todo ha cambiado:
Se pasa el día lloriqueando por todo. Cuando vamos a la piscina (que antes le encantaba) se pasa la clase entera llorando y me hace sufrir a mí, que no sé cómo calmarla. Además, no se quiere separar de mí para nada. Si está conmigo, directamente no se va con su padre, pero a veces no se va ni con mi madre, que la ha tenido en casa casi desde que nació. Me abraza muy fuerte, me tira del pelo o, si la pongo en el suelo, se me abraza a la pierna y no hay quien la suelte. Por la noche, se despierta y abre el ojo para ver si estoy. Como no me vea, ya se pone a llorar, hasta que voy a calmarla.
Supongo que tiene que ver con el haber entrado en la guardería, que le produce angustia de separación. Además cuándo ya empezaba a adaptarse a la guardería, después de casi 3 semanas, tuvo una gastroenteritis que, aunque no fue muy fuerte, la dejó en casa 4 días. Con lo cual, cuando ha vuelto a la guardería, otra vez a llorar todas las mañanas. Y todo esto, además, se ha juntado con que le están saliendo 6 piezas dentales. Así que estoy un poco desesperada y agotada, porque nunca ha dormido "del tirón" (lo que las madres dicen "mi hijo duerme 12 horas del tirón"...ésta alguna vez hemos conseguido 8), pero últimamente ya he llegado a contar hasta 20 despertares en una noche. Y no sé qué hacer. ¿Cuánto suele durar esto? ¿Qué puedo hacer además de darle mucho cariño y tratar de trasmitirle la seguridad de que es lo más importante de mi vida y siempre voy a volver a por ella?