Pues sí,esta semana he pasado lunes, martes y miércoles de viaje de trabajo.
El caso es que no fue para tanto, porque me las apañé para coger el puente aéreo a las 10, para verla por la mañana, se lo expliqué mil veces, ella estuvo jugando "a irse en el avión de Madrid", y el miércoles mi jefe se enrolló y me dejó volverme a las 15h, con lo que a las 18.30 entraba en el Chiqui Park al que había enredado a su padre para que la llevara , y la tía...ni me miró a la cara.
Vaya, algo me esperaba, pero fue espectacular: ni que le pusiera los zapatos, ni abrigo, ni llevar el carro, ni tocarla, ni cena, ni baño, ni cuento ni dormir...
Se fue a dormir sin darme un beso y anda que no duele, tú vas lo más rápido que puedes, deseando abrazarla, y ella está tan dolida que no quiere estar contigo.
Bueno, pues qué se le va a hacer, respetar su enfado y explicar las cosas otra vez.
A la mañana siguiente ya se despertó preguntando si yo había vuelto y se dejó mimar un poco, pero ayer por la tarde la fui a buscar a la guarde y vaya tardecita otra vez...
Al final hasta me hizo llorar dos veces, entre el embarazo y que mi vida ha dejado de ser maravillosa por :varios problemas familiares (la salud de mi madre el más importante), el cambio de trabajo de mi marido, que lo hace invisible y una terrible monotonía que no consigo romper...sólo me faltaba el rechazo de mi hija.
Pero mira, salimos a la calle, estuvimos toda la tarde solas y parece que me ha perdonado por fin y esta mañana me ha llamado llorando y sólo quería estar conmigo.
Bueno, sé que es natural, a veces hasta los adultos nos enfadamos por cosas que no deberíamos, cuánto más ellos, que son inmaduros emocionalmente y no entienden que te vayas...
Pero ha sido muy triste.Espero que no haya echado las campanas al vuelo demasiado pronto y de verdad esta tarde esté como siempre.
Sólo quería desahogarme y contarlo...supongo que para eso no hay truquitos, sólo no irse...