eL preservativo femenino, aunque no es muy conocido, constituye una interesante opción a tener en cuenta cuando se trata de elegir un método anticonceptivo eficaz. Se explicitan sus características, modo de colocación, ventajas y desventajas de su uso.
El preservativo de la mujer o Femy aparece entre el año 1.993 y 1.994 en Estados Unidos e Inglaterra y posteriormente llega al resto de Europa. Es un método de barrera diferente del preservativo masculino. Se vende en las farmacias como los otros preservativos. En la Argentina hace aproximadamente dos años que prácticamente no se consiguen. El mecanismo de acción consiste en impedir el contacto del semen con el óvulo, evitando el embarazo.
El preservativo de la mujer es una funda fina de poliuretano que se ajusta a las paredes de la vagina. Además previene las infecciones de transmisión sexual y el contagio del virus del SIDA.
Este método consta de una funda prelubricada que no contiene espermicidas, con dos anillos, uno interior que permite la colocación fácil dentro de la vagina, y el otro con un diámetro más grande que impide que este anillo se introduzca dentro de la vagina.
Para colocarlo no hace falta esperar a la erección del pene como ocurre con los preservativos tradicionales. Se introduce tomando el anillo interior desde la parte externa del preservativo en la vagina. Una vez iniciada la colocación se introduce el dedo dentro del preservativo para terminar de colocarlo, teniendo especial cuidado con los posibles objetos cortantes (uñas, anillos, etc.). El anillo externo queda por fuera para impedir que se ponga en contacto el pene con la vagina. Una vez terminado el coito se le da un par de vueltas al anillo externo para que no se salga el semen y se tira del preservativo para sacarlo.
Como todos los métodos anticonceptivos, el Femy tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
Entre las ventajas está el que no hace falta esperar a que el pene esté en erección, lo cual es una solución para aquellos varones que pierden la erección al colocarse el preservativo. Además no hace falta quitarlo después de la eyaculación, y es de fácil uso. Previene contra las infecciones de transmisión sexual y el virus del SIDA. Constituye una alternativa para aquellas personas que tienen alergia al látex.
Pero como todos los métodos, éste también tiene sus aspectos negativos, es varias veces más caro que el preservativo del hombre y resulta poco estético por su gran volumen.
Lic. Ezequiel López Peralta
(Este articulo fue tomado con la debida autorizacion escrita de:www.aprendosexo.com)
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