Mireia Long
10 de junio de 2010
Ya casi nadie se cree tonterias como esa de que el llorar beneficia la eficacia pulmonar de los bebés y, por el contrario, cada vez son más los estudios que demuestran que el llanto, especialmente el prolongado y no atendido, aumenta los niveles de las hormonas del estrés en los pequeños, llegando a tener consecuencias a largo plazo en su funcionamiento cerebral. Sin embargo seguimos, la mayoría, desconociendo exactamente que efectos físicos tiene el llanto sobre los bebés. Vamos a verlo.
La frecuencia cardiaca aumenta en un mínimo de 20 pulsaciones por minuto y también la presión sanguínea, observándose, además, una menor oxigenación de la sangre que llega al cerebro. Esto provocará que al cerebro llegue sangre con mayor presión en la fase de esfuerzo y disminuya bruscamente en la de descanso, tanto que puede relacionarse con hemorragias cerebrales y sus secuelas según algunos estudios.
Sobre todo llama la atención que el nivel de cortisol, la hormona del estrés, aumenta enormemente, lo que indica que el niño que llora sufre un estado de tensión emocional intenso. Esto, además del estrés, provoca una reacción que puede aumentar la capacidad de resistir a las infecciones, pues el cortisol actua como un inmunodepresor.
Además el bebé tragará aire, en un promedio de 360 mililitros, lo que le va a causar incomodidad y problemas para hacer la digestión sin molestias, llegándose a encontrar relación entre la ruptura gástrica y el llanto prolongado.
Por añadidura el bebé que llora mucho gasta mucha energía en esto, no estando entonces disponible para otras funciones. Sus leucocitos aumentan, como si luchara contra una infección y se ve disminuida la cantidad de saturación de oxígeno en sangre.
Para terminar, y a nivel afectivo y relacional, hay que tener en cuenta que el niño que sufre un llanto prolongado no interactua con su entorno con normalidad, incluso llega a poder afectar a la reacción que tiene la madre ante su llanto, disminuyendo su efecto en ella y pudiendo hacer que sienta que no llega a poder atender correctamente a su hijo.
Todo esto a veces es inevitable, en bebés que lloran por motivos que no llegamos a calmar, pero nos alerta sobre todo ante lo inadecuado que es no atender el llanto del bebé y dejarlo sin atender hasta que se canse, se agote y se calle por cansancio o por, sencillamente, aprender a que su reclamo no será atendido.
Los datos aportados sobre los efectos físicos del llanto en los bebés que señalo en este artículo no son suposiciones u opiniones, se basan en estudios científicos que podéis consultar completos en la referencia que os propongo extraída de una traducción de un trabajo publicado en Neonatal Network.
Más información | Web de enfermería neonatal
http://www.prematuros.cl/webenfermerian ... llanto.htm
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