- Lun, 08 Jul 2013, 10:40
#421069
Yo pienso como vosotras. No hay necesidad de quedarse con el niño a solas para construir una buena relación, sobre todo si el niño no quiere, al menos hasta ahora. Lo de no oir el teléfono o el timbre no me parece bien, no estaría agusto conmigo misma.
Kim escribió:un consejo que suele funcionar bastante bien si te agobian las visitas abueliles a deshoras, es quedar en el parque o en un sitio digamos "neutral", así ellos ven al nieto, tú puedes estar más a tu bola
Buen consejo, aunque ya lo he intentado. Las dos últimas veces que hemos propuesto que vinieran a nuestro parque su respuesta ha sido "es que allí no nos hace caso"
Así me quedé yo.
Por otro lado
Kim escribió:En cuanto a nosotras, pienso que en ese sentido también deberíamos dar un paso atrás, no dejar que nuestras rencillas personales intervengan en la relación que los abuelos quieran construir con sus nietos. También hay que dejarles manga ancha (dentro de un marco de respeto, claro) para que puedan hacer las cosas a su gusto, sin que les digamos constantemente qué le gusta hacer al niño o a qué quiere jugar.
Ahí quizás yo tenga un poco de culpa
porque como de siempre he visto que el niño no quería estar con ellos, he intentado jugar yo con él al tiempo que los involucraba a ellos, porque de no hacerlo así, cuanto más intentaban ellos jugar con él, más se pegaba el niño a mí. Pienso que el problema es que tienen muy encasillada la idea de lo que le "tiene" que divertir, sin dejarle espacio suficiente para que él haga lo que le da la gana, y conformarse muchas veces con ser meros espectadores de sus juegos. En cualquier caso, es cierto que al final termino yo de por medio intentando que el peque juegue con ellos y debería dar un paso atrás.
Independientemente de todo lo anterior, os preguntaba porque a mí se hace pesado tener visita abuelil un día sí y uno no, porque claro, hay que contar también con mis padres, que como decía al principio, están más relajados, quizás porque ya tienen más nietos y no tienen ese "ansia". Me preguntaba si soy yo que soy demasiado despegada, con más ganas de hacer cosas los tres juntos que de organizar nuestro tiempo libre en función de la family.
Lo que me preocupa de verdad son las discusiones con mi marido. Está llegando el punto de que ese "ansia" se lo están contagiando, y aunque él siempre ha creído en el apego, empieza a decir cosas del tipo "es que le estás haciendo dependiente de tí", "no les hemos dejado ejercer de abuelos" (referido a que no se han quedado con el peque mientras hacíamos la compra, por ejemplo, al igual que hacen millones de moscas
)... Parece que pensara que nos hemos equivocado respetando tanto lo que quiere el niño, y me duele un montón. Parece que todo lo que hemos hablado sobre crianza ya no lo tiene tan claro, porque de tanto machaque de los abuelos, empieza a pensar que dejarle con ellos no es tan malo, aunque "llore un ratito al principio". Me duele mucho. Y me cansa un montón, porque la discusión se reaviva por cada vez que hay visita. Me ponía mi marido el ejemplo de que el niño es como una pelota que todo el mundo quiere (
ya me chirría el ejemplo un montón), y que si no se la dejamos, más ansia de pelota tendrán. Me siento sola, porque parece que nadie salvo yo piensa en los deseos y necesidades de la pobre "pelota".Tengo complejo de mala, pero no me muevo de mi sitio, porque siento que lo que hago es lo mejor para Alejandro. Yo sigo con mi cantinela de que conforme vaya pasando el tiempo el niño irá aceptando cada vez más estar separado de nosotros, aún es chiquitín, hasta que llegue el punto en que prefiera pasar la tarde con los abuelos que con nosotros en el súper... Pero mientras tanto...
Siempre dije que no me iría a vivir fuera de aquí, porque me gusta estar cerquita de la familia, pero está llegando el punto en que pondría unos cientos de km entre medias, aunque eso suponga estar también lejos de mis padres.
En fin, que os he metido un ladrillo de flipar... Necesitaba desahogarme con este tema.