- Jue, 29 Ene 2009, 12:31
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Lo primero es, mucho ánimo guapetona
, y lo segundo es decirte que tranquila, que todo termina solucionándose, pero para ello lo primero que tienes que hacer es empezar a ocuparte de ti misma. Eres madre, pero también muchísimas cosas que has ido dejando de lado y que son perfectamente compatibles con la maternidad y que te van a llevar a sentirte plena. Aunque ahora te parezca imposible, TÚ PUEDES
Sé por experiencia lo que es dejarse del todo, lo que es tener problemas con la pareja porque el peque ocupa todas las facetas de tu vida. Lo que es no depilarse, no ir a nadar, ni siquiera a comprase un triste jersey porque cuando tienes un momento lo dedicas al niño, a la casa y al trabajo. Y sé lo que es decirte en tu fuero interno que mañana te arreglas para ir a trabajar y llegar la noche, y no tener ganas de andar preparando la ropa del día siguiente y decidir ponerte lo mismo que llevabas… Llorar a solas, cuando nadie te ve porque piensas que no llegas, que tú lo intentas, pero que no sabes de dónde sacar ese tiempo que los otros te reclaman para ti. Piensas que sí, que tienes que cuidarte, que tienes que volver a ser mujer, amiga, compañera… pero cómo, te preguntas.
He estado ahí, sin vida de pareja, sin vida de mujer y llenando todo con mi vida de madre. Es lo que muchas veces me ha servido para tirar, para no terminar yéndome al fondo y también ha sido eso lo que me a ayudado a darme cuenta de que tenía que cambiar muchas cosas. Porque nuestros peques se merecen una madre que se sienta hermosa interna y externamente, que se sienta mujer, que no tenga que comerse sus sentimientos cuando está con ellos para que los niños no sufran y que a pesar del cansancio sea capaz de sonreírle a la vida cada mañana.
Vas a lograrlo y el primer paso ya lo has dado dándote cuenta de que las cosas no pueden seguir de esa manera.
No sé si será así, pero por lo que cuentas en el post me da que te ocupas de todo lo relacionado con los niños y quizás, inconscientemente, estés dejando de lado al papá, que impotente ve cómo toda tu energía se canaliza en ese aspecto de tu vida. Déjale participar más activamente, aunque algunas de las cosas que te sugiera sobre el cuidado de los niños te parezcan que no, que tú sabes muy bien lo que hay que hacer. Escúchale y déjale que actúe, verás como poco a poco vas sintiéndote mejor y los niños diversificarán sus demandas, ya no será sólo mamá, sino también papá el que estará ahí para todo, incluso para decirles que no, cuando sea preciso y para comérselos a besos en otros casos.
Por lo que pones, los dos niños duermen contigo, ¿y el papá? Posiblemente esté llegando el momento de darles a ellos su espacio y a vosotros el vuestro. En ese campo, no te puedo decir cómo hacerlo porque Rodrigo sigue en nuestra habitación, aunque ya le hemos montado la suya y está empezando a dormir allí la siesta los fines de semana. El cambio lo haremos poco a poco.
Sobre la cuestión de pareja, te comento que en los dos años y cuatro meses que tiene mi peque, mi vida conyugal casi desapareció y en este caso no era yo la que lo rehuía. Intentaba por todos los medios que la cosa funcionase, pero veía que todo era inútil. Me sentía cada vez más distanciada, y cómo tú discutía casi siempre por cuestiones relacionadas con el peque. Ya no sabía qué hacer. Había empezado a cuidarme algo más, había delegado en él y no estaba pendiente de si se ocupaba bien de Rodrigo o de pensar que yo era la única que sabía cómo hacerlo. Seguía sin tiempo para hacer las cosas que me apetecían pero bueno. Y a pesar de todos los cambios, la relación de pareja seguía mal. La respuesta me la dieron unas amigas: me desahogué con ellas y me dijeron que posiblemente estuviese celoso de Rodrigo. Le dije que no, que eso era imposible. Luego a solas, empecé a pensar que desde que nació Rodrigo, nuestros temas de conversación siempre se centraban en lo que hacía o dejaba de hacer el peque, su día a día y que siempre que me dirigía a él lo hacía como papá, incluso en la calle. Sin darme cuenta, le había otorgado ese rol y le había robado el de compañero y amigo. Un día empecé a dirigirme a él por su nombre además de seguir llamándole papá. Al acabar el día me preguntó extrañado el porqué de ese cambio y le dije que además de padre era mi pareja. Ese día las cosas empezaron a cambiar. Ahora procuro no hablar sólo del niño, estoy más pendiente de él y de mí. A veces se me olvida y noto que le sienta mal porque vuelve a sentirse desplazado por Rodrigo. Pero poco a poco todo se va arreglando.
Así que ánimo que tú también lo vas a lograr. Si hasta hoy has sido muy fuerte por tus hijos ahora lo vas a ser más por ellos, por ti y por tu marido y como eres una luchadora lo vas a conseguir antes de lo que crees.
El primer paso ya lo has dado, el segundo te costará un poco y quizás el tercero pero cada vez irás avanzando más y esta etapa terminará por convertirse en una experiencia del pasado de la que habrás aprendido para construir un futuro maravilloso.
Un besazo enorme