Llevo mucho tiempo con la idea de escribir este mensaje y por fin estoy por aquí. OS LO DEBO!!
Tengo un hijo de tres años y tres meses. Ya desde sus primeras semanas de vida dio muestras de ser un bebé activo e inquieto, con muchas dificultades para conciliar el sueño y mantenerse dormido. Algo bastante normal, por otro lado, pero que yo entonces desconocía. Desde bien temprano optamos porque durmiera con nosotros para poder descansar, aunque no era una opción que tuviéramos pensada. Los tres primeros meses fueron durillos pero el verdadero “calvario” comenzó a los cuatro meses. Resumiendo: hemos llegado a tener hasta diez despertares por la noche, a veces cada hora de reloj, y no con 5 o 6 meses, sino hasta con un año o año y medio. Hasta los 18 meses se despertaba siempre a los 30 minutos de dormirse por la noche y en la siesta lo estuvo haciendo hasta los dos años y medio. Y yo siempre ahí volviéndole a dormir. Hasta el año aproximadamente su papá conseguía dormirle en alguna siesta pero a partir de entonces sólo quería con mamá. Hasta esa fecha sólo se dormía en la mochila o con la teta y a partir de entonces sólo teta, teta, teta. Pocas veces se dormía en el carrito o en el coche. Toda superficie horizontal donde intentáramos ponerle una vez dormido tenía pinchos o aguantaba 10 minutos, por lo que muchas de sus siestas han sido en brazos….
En fin, podría seguir, pero aquí lo dejo, creo que es suficiente para ilustrar los malos momentos que hemos pasado. En el foro hay muchos mensajes míos de desahogo. Ahora los leo y me da pena, mucha pena de no haber tenido más paciencia, de no haber disfrutado más de mi bebé….
Y ahora llega lo bueno! Porque sí, sí, sí, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, todo llega…. A día de hoy mi hijo sólo se despierta 1 vez por la noche, algunas veces 2, pero no es lo habitual, y ha empezado a hacer noches enteras del tirón. Que ¿qué hemos hecho? Nada, absolutamente nada. Adaptarnos a él, respetar su ritmo y darle algún pequeño empujoncito de forma respetuosa cuando le hemos visto preparado. Aún sigue conciliando el sueño con el pecho y cuando se despierta de madrugada también toma, así que no, en mi caso no es la teta lo que le hacía dormir mal.
Por último, en Navidades empezó a decir que quería dormir las siestas en su habitación, en su cama (una cama que llevaba un año muerta de risa) y en torno a febrero-marzo hizo lo mismo por la noche. Así que podemos decir que se ha descolechado por propia iniciativa. Al principio yo pasé mucho tiempo en su cama o en un colchón al lado y poco a poco me ido escabullendo a mi dormitorio.
A las mamás y papas recientes y desesperados con el sueño de sus bebés sólo les puedo decir que, como dicen por aquí, todo llega. Que es una pena que no nos digan realmente cómo son los bebés para tener otras expectativas más realistas y no agobiarnos tanto. Que no pasa nada porque duerman con nosotros o porque estén en brazos, si así es todo más fácil y descansado, porque no se acostumbran. Que el tiempo pasa muy rápido y que me gustaría volver atrás y disfrutar más de mi pequeño bebe a pesar de su “mal” dormir. Que me gustaría ser más paciente y no perder los nervios con él. Que no sé si podré volver a ser madre pero estoy deseándolo a pesar de las malas noches.
Y a todas vosotras solo puedo daros las GRACIAS. Gracias, gracias, gracias de todo corazón por apoyarme en los momentos más difíciles, por estar siempre ahí con una palabra de ánimo y aliento, por hacerme comprender cómo duermen realmente los bebés, por aconsejarme sobre el sueño de mi peque y sobre millones de cosas (alimentación, viajes, guardería, salud…), en definitiva, por ayudarme a vivir mi maternidad de otra manera. Seguramente me olvidaré de algunos nombres (perdonadme!!) pero me acuerdo especialmente de Tote, Xirimiri, Mercé, Raksha, Lolilolo, Kha, Itzala, Une, Van, Kim, Ilargi, ENC, Malefica, Rafi… Un abrazo enorme a todas. Ojalá tenga otro bebé y podáis aconsejarme en mi nueva maternidad como lo hicisteis con mi pequeño terremoto.