Pero hace cuestión de un mes (ahora tiene 18) el niño está más inquieto, empieza a comer con muchas ansias y de buenas a primera se pone nervioso y deja de hacerlo, hay que distraerlo con inventos para que coma, no se puede dormir, ni la siesta ni la noche, se acuesta y al ratito se respierta gritando y llamándome., lo acuesto, se levanta, se vuelve a acostar solito, se levanta, y así hasta que del cansancio se pone a llorar y terminamos por hacer lo que sólo funciona que es montarlo en el coche y darle un paseito, con el consiguiente remordimiento de conciencia porque el niño se va a malacostumbrar...¿mosquitos? ¿será el cambio de habitación? ¿Habría que haberlo pasado antes?(si ya tenía el problema antes!)... más congeturas...
Hasta que le hice caso a la abuela y le hice una analítica para ver si tenía lombrices, y... señores... ¡¡BINGO¡¡ ¡¡LOMBRICEEEEES!!
Ahora entiendo el comportamiento de mi hijo. Pobrecito mío, y yo me llegaba a poner tan nerviosa que pensaba que el niño no se dormía por fastidiarme... POR FAVOR PEDIATRAS... ya está bien de hacernos creer que tenemos a nuestros hijos mal acostumbrados, que con dejarlos llorar es suficiente, que bastante mal lo pasamos viéndolos así para que encima nos creamos los culpables, con la consiguiente inseguridad en todo lo que hacemos, dando palos de ciegos... Ya está bien. No es más facil pensar que a la criaturita le pasa algo, que no lo deja tranquilo. ¡A saber desde cuándo tiene el problema!
Ahora sólo lleva dos días de tratamiento pero se le nota mejor, aunque le llevará unos días más. No es agradable saber que tu hijo tiene lombrices pero al menos tengo la esperanza de que es algo pasajero y que todo volverá a la calma. Aunque claro, luego volveremos a las pesadillas, los dientes, etc... con los niños ¡¡NUNCA SE SABE!!
En fin, que me he registrado en el foro para contar la experiencia por si a alguien le puede servir de ayuda. Animo a no descartar la posibilidad de que vuestro hijo tenga un problema de lombrices. Yo no lo creía y ocurrió.