Nuestra hija tiene poco más de 12 meses. Toma el pecho, siempre le ha encantado. Yo soy una gran defensora de la lactancia, pero creo que ella lo es todavía más! Nunca ha aceptado los biberones ni los chupetes!
Durante su primer año de vida su cuidadora principal he sido yo, con la ayuda inestimable de su papi. Pero yo voy a tener que incorporarme al trabajo en breve, con lo que ella empezó recientemente a ir a la guardería (de 9 a 12h).
Duerme con nosotros, en una cuna anclada a nuestra cama (como un sidecar). No teníamos una idea preconcebida acerca del colecho antes del nacimiento, pero de hecho surgió naturalmente tras el parto y nos ha parecido una experiencia muy agradable y entrañable. Sin embargo, últimamente, a veces tengo la sensación de que nos molestamos un poco unos a otros. De modo que hemos instalado un colchón grande en el suelo en la habitación de ella, y a veces me la llevo a dormir allí las dos juntas.
Por la noche, se suele dormir sobre las 21h y se suele despertar sobre las 8h, con algunas variaciones. Hasta hace poco hacía una siesta por la mañana y otra por la tarde, pero ahora ya no acostumbra dormir por la mañana (siempre ha sido bastante sensible al ruido y al movimiento alrededor, y yo creo que en la guardería le cuesta demasiado conciliar el sueño). Por la tarde suele hacer una siesta, o dos cortas. La cantidad total de sueño me parece adecuada, unas 13 horas.
El ritual habitual al final del día es darle un bañito, darle la cena, darle las buenas noches a papá, bajar el nivel de ruido y actividad en la casa, llevarla a nuestra cama mientras le susurro que ya es de noche y ha llegado la hora de dormir, ella suele ponerse de pie dos o tres veces cogida a los barrotes de la cuna, luego le doy el pecho y le acaricio un poco el pelo, y se queda dormida. Mamar le encanta y le relaja mucho, con lo que en unos 5-10 minutos está durmiendo.
Hasta aquí todo bien. La situación es que nuestra peque tiene muchos despertares nocturnos, unos 5 a 7 cada noche, y es raro que el intervalo más largo entre despertares pase de 2 horas (los cortos pueden ser de sólo 10-20 minutos). Cuando se despierta por la noche también reclama fervientemente el pecho, con lo que hace abundantes tomas nocturnas.
Yo diría que el sueño familiar es aceptable, lo que ya es algo positivo. Y en general el papi y yo nos hemos entendido estupendamente en cuanto al estilo de crianza, lo que no es tan habitual y me hace muy feliz. Pero eso no quita que hay periodos, como este, en que el sueño es más bien regular, y que hay dudas que me asaltan de cara al futuro.
MIS DUDAS:
- ¿Es adecuado siempre ayudarles a conciliar el sueño poniéndoles al pecho? Nuestra hija se ha acostumbrado a dormirse al pecho, pero el resultado es que ahora lo reclama en todos y cada uno de los despertares nocturnos. Me pregunto si esta solución, que parecía tan cómoda, no se puede volver incómoda en periodos de muchos despertares. Y, más importante, si el hecho de mantener esta costumbre no le está impidiendo a ella desarrollar otra serie de habilidades para conciliar el sueño por ella misma. ¿No lo pasará peor cuando tenga que dormirse solita en la guardería o con otra persona?
- ¿Son necesarias para el bebé las tomas nocturnas? Muchos especialistas dicen que las tomas nocturnas no son nutricionalmente necesarias para el niño, que no tiene realmente hambre sino que sólo busca el mimo. Sin embargo, nuestra hija come muy poquito durante el día y no tengo tan claro que no tenga hambre por la noche. ¿Come poco porque mama por la noche? ¿Mama por la noche porque come poco? ¿Las necesita o no?
- ¿Cuántas tomas se deberían dar al día como mínimo? ¿Son importantes las tomas nocturnas para mantener la lactancia? Si yo trabajo de 8 a 15 h (sin posibilidad real de extraerme leche) y no le doy ninguna toma de 21 a 7 h, me pregunto si las pocas tomas que puedo darle durante las horas restantes son suficientes para mantener una producción adecuada de leche. No me parecería mal mantener una lactancia simbólica (con más bien muy poca o casi nada de leche), pero esa no era en principio mi idea.
- Si las tomas nocturnas son necesarias o importantes… ¿Es factible tratar de disminuirlas sin eliminarlas por completo? Me pregunto si el niño puede llegar a entender que en algunos despertares sí se le va a dar una toma, y en otros va a tener que aceptar dormirse de otro modo.
- Si las tomas nocturnas no son necesarias, y según parece los niños que no maman por la noche tienen muchos menos despertares ¿No sería adecuado hacer el llamado “destete nocturno” cuanto antes para que todo el mundo duerma mejor (empezando por ella misma)? ¿O es mejor esperar unos meses, hasta que sea más fácil comunicar con ella?
- ¿Es buena idea la de hacer colecho en nuestra cama y pasarse las dos a su habitación si no tiene una buena noche (lo que en este periodo es bastante habitual)? ¿O sería mejor decantarse por una opción: mejorar el confort del colecho o ponerla a dormir en su habitación directamente?
- ¿Seguir o no seguir con el colecho? Me ha encantado leer a Carlos González y Rosa Jové, que son grandes defensores del colecho. Pero también he leído mucho al Dr. Brazelton, pediatra americano, que sí que menciona el colecho como opción, pero que aconseja en primera intención tratar de desarrollar la autonomía del niño en relación al sueño, evidentemente sin dejarle llorar. Para mí el colecho ha sido, principalmente, la forma más agradable de mantener la lactancia. Me pregunto si el colecho es la opción ampliamente extendida entre las mamis que mantienen la lactancia de forma prolongada, o si hay casos habituales de mamis que han seguido amamantando satisfactoriamente, con el niño durmiendo en su habitación.
Ufff, muchas preguntas, eh? Mis disculpas por ser un poco rollera. A todos los que hayáis llegado hasta aquí os agradezco vuestra atención, y si ademáis podéis tomaros unos minutos para dejar vuestras sugerencias o comentar vuestras experiencias… Os lo agradezco mil veces!