Mi mayor miedo es que a mis hijos les pase algo, que su salud no sea buena, que sufran…. Esa es indudablemente mi más profunda preocupación. Más aún que el hecho de que me pueda pasar algo a mi. Sé que de ser así, tienen a su padre y una familia alrededor que les arroparía y les querría. Pero insisto, se me parte el corazón, me angustio, solo de pensar que sean ellos los que enfermen o pasen por alguna cosa grave que les impida una vida plena.
Si tuviera que destacar otro miedo, sería el miedo a envejecer….. pero este miedo lo dejo para otro post, para otro café.
Lo que me pasa hoy es que junto con estos pensamientos, me ronda un proverbio (no recuerdo si tibetano o qué) que viene a decir lo siguiente:
Si lo que te preocupa tiene solución, ¿de qué te preocupas?
Y si no tiene solución, ¿de qué sirve preocuparte?
(versión libre mía)
Y como suele decirse, este proverbio tiene más razón que un santo y es que es la pura verdad. ¿Por qué adelantarme? Por qué temer si ese miedo no nos ayuda en absoluto, es más tiende a paralizarnos y a cegarnos, Al igual que no somos nada, (frase que tendemos a decir ante las desgracias) lo cierto es que tenemos una gran capacidad de lucha y superación. Aunque quizás, lo mejor, es nuestra capacidad de vivir el presente, al día. Y disfrutarlo.
Pd. Tenéis razón en pensarlo, este domingo se me ha ido la pinza.
"Gigoló" (vividora) de la maternidad
¡Va por Queli!
Yo de mayor quiero ser.... EMPODERANTE
¡Va por Lolilolo!