- Jue, 07 Oct 2010, 13:27
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Como mamá cuarentona me he leído con atención el artículo y siento discrepar en algunas cuestiones. Muchas veces el buen estado físico no va relacionado con la edad, sino con la forma de vida de las personas. Todos conocemos caso de jóvenes que están en los treinta destrozados porque han abusado de su cuerpo y gente que supera los cincuenta que ya querríamos estar así a su edad.
La edad para tener un hijo es aquella en que uno está preparado para asumir esa gran responsabilidad y no se puede fijar en una franja u otra. A veces no te quedas embarazada de manera natural hasta los 30, los 40 e incluso los 46 y no porque no lo hayas intentado, sino porque no ha ocurrido o simplemente porque hasta entonces no tenías una pareja con la que deseases compartir ese gran proyecto vital que es ser padres.
Además se olvidan que la fertilidad de la mujer está garantizada hasta que le llega la menopausia, con lo que el embarazo es posible hasta ese momento, al fin y al cabo, como mamíferos que somos y como animales con un cerebro más desarrollado, nuestro organismo está genéticamente determinado para la procreación.
La maternidad tardía era frecuente en las familias antes de conocerse los métodos de control de natalidad y nadie hacía un drama de ello; era visto con naturalidad y los hijos salían adelante con el cariño de sus padres, hermanos y abuelos. Nadie cuestionaba el tema, era algo que ocurría y ya está. Y si me apuráis, estoy casi segura que muchos al enterarse de que iban a ser de nuevo padres alardeaban de ello porque eso era simplemente VIDA.
Con cuarenta te tiras al suelo, juegas con tu hijo, le reprendes cuando es necesario, ríes con él, le cuentas cuentos... con 20, con 30 también. Lo único que importa en ese sentido es algo muy simple QUERER HACERLO.
Salud