Me trajeron a Rodrigo unos segundos para darle un beso y ya está....
Al día siguiente el cirujano me explicó que habían intentado la laparoscopia pero que el riñón ya estaba a la altura de la pelvis y era imposible acceder a él para colocarlo de nuevo. Que me habían dado tres puntos para fijarlo y que no podía hacer ningún tipo de esfuerzo, ni levantar peso, ni planchar (siempre he dicho que la arruga es bella)... durante un mes como poco. Para rematarlo como me habían llenado de gases tenía los dolores de la intervención y los que me producía los gases (para que os hagáis una idea tenía tanta tripa como cuando acabas de dar a luz o más). No me había visto porque estaba en la cama aunque me dijeron que esa tarde me incorporarían.
Anímicamente empezaba a ser consciente de lo que se me había venido encima. Empezaba a sentirme muy pero que muy triste y esto se agravó cuando una cuñada vino a verme y después de comentarle lo que me habían dicho me indicó que ya no podría coger peso nunca más ( y no lo hizo con mala fe, que es magnífica), en eso empecé a pensar que no podía jugar más con Rodrigo, que no le iba a poder levantar en mis brazos, tirarme con él por el suelo y se me partió literalmente el alma. Esa noche no pude dejar de llorar pensando que era un inútil...Estaba echando muchísimo de menos a mi niño, al que no veía más que un minuto porque por motivos de seguridad no les dejan permanecer en el hospital nada de tiempo (lo que por otro lado me parece lógico) y con el que cada vez que hablaba por teléfono me preguntaba que cuándo iba a casa. Esa noche lo pasé fatal e incluso cuando vino por la mañana a verme mi cirujano me encontró llorando. Le comenté lo que me habían dicho y me tranquilizó diciéndome que luego estaría tan bien como siempre, pero que durante al menos tres meses tenía que evitarlo porque se podía desgarrar el riñón y volveríamos al principio.
He estado en el hospital hasta el domingo por la tarde en que me dieron el alta. Cuando llegué a casa Rodrigo no estaba. Deseaba muchísimo verle pero también temía el reencuentro porque no sabía cómo iba a reaccionar al ver que no podía levantarle y cogerle entre mis brazos como todos los días. Me sorprendió, tengo un hijo maravilloso, que entiende que mamá está malita y que hay cosas que no puede hacer, que me dice que me ha echado mucho de menos y al que he añorado cada segundo de los que he estado hospitalizada...Sigo sintiéndome mal porque no puedo sentarme con él en el suelo, ni acompañarle a la cama a acostarse, ni ayudarle a desvestirse ni vestirle, y porque no sé cuanto tiempo tendré que estar así con él, y aunque lo entienda al fin y al cabo no es más que un niño y yo debería poder hacer todas esas cosas, como antes, como siempre, incluso cuando la cesárea le bajaba los cuatro pisos sin ascensor en el cuco... (mucho de lo que me ha pasado viene de aquello), y a pesar de los dolores jamás dejé de jugar con él ni de atenderle... y ahora esto...
Ayer me quitaron los puntos (10 grapas y uno en el drenaje), mi doctora me comentó que había sido una intervención muy seria, similar a la que te hacen cuando te quitan un riñón y que tenía que tomarme las cosas con muchísima paciencia. Lo intento, os lo aseguro, pero me asalta el dolor de no estar al cien por cien y lloro... no puedo de momento evitarlo.
En fin os dejo, porque ya llevo un rato sentada delante del ordenador y me está empezando a doler el costado.
Un besazo
Salud