Al llegar nosotros ni se inmutó.
Siguió allí.
Tani no las tenía todas consigo, no se separaba de mi lado (yo tampoco, que conste).
Al tiempo se levantó y se dirigió hacia un coche todo desastrosillo, cojió algo y salió de nuevo. Se sentó cerca nuestra (a unos 20 metros, pero a mi me parecía cerquíiisima) y no dejaba de mirarnos.
Yo estaba nerviosilla lo reconozco, me la llevé con disimulo hacia el otro lado del parque, no sin antes memorizar la matrícula de su coche.
Enseguida empezó a llegar gente. Y en esto se levantó, se subió al coche y se fue.
Pero de verdad me daba pavor, yo con los dos, sóla, y si quiere hacernos daño? Ufff de verdad, estuve a punto de irnos, pero me daba aún más miedo su reacción si me veía “huir”, así que como por el paseo de la playa (está cerquita) pasaba gente y yo estaba más cerca del paseo que él, pensaba corro con los dos hacia la gente, yo qué sé….
Vivimos obsesionadas??? Se oyen y pasan tantas cosas…