Hemos pasado un rato agradable, compartiendo risas (carcajadas más bien), alguna que otra caída y mucha mucha complicidad. Yo la quedo, Raúl coge a su hermana en brazos y los busco. Luego al contrario...
Y he visto es sus ojos a ese niño que hace tiempo que no veía. Ese niño con ganas de compartir juegos, de reírse con nosotros. Esos momentos que sin darnos cuenta se nos están acabando con él. Sus gustos han cambiado, su tiempo lo invierte en otras cosas y nosotros lo entendemos, lo respetamos. Pero me ha gustado tanto...Sé que son los últimos coletazos de una etapa que está a punto de cerrarse (su niñez) y disfruto de ellos al máximo. Los respiro como una bocanada de aire fresco que me da el aliento suficiente para seguir por este camino que es la maternidad.
"Se gastan pronto, chicas", os lo aseguro. No perdáis ni un solo segundo de disfrute con vuestros hijos, después se echa mucho en falta.