He pasado por la sección de libros (buscaba el de Rosa Jové, para regalar). Y claro, como lo buscaba lo he encontrado, porque lo tenía a la altura de las rodillas. Si no lo llego a buscar, no lo encuentro, fijo. Estaba en la misma balda, junto con otros del estilo de los que yo hubiera comprado. Los que tenía a la altura de los ojos, perfectamente ordenados, visibles y en abundancia eran los del innombrable y similares. Así que he dedicado un par de minutos de mi compra semanal a dar la vuelta a los que no me apetecía ver, e incluso a taparlos con otros
Una señora me ha mirado un poco flipada. Lo siento por la persona que al final del día haya "tenido" que volver a ordenarlos, pero me he quedado tan a gustito
Besos
ilargi