Cuando el año pasado se fue mi madre, Carlota no tenía ni los tres años. Yo le dije la verdad, con mucha delicadeza claro, que la abuela había muerto y que cuando fuésemos a su casa ella ya no estaría allí. Que era muy muy muy mayor y que estaba muy muy muy malita y por eso los médicos no encontraron una medicina para curarla. Ella se quedó bastante conforme aunque ahora me pregunta muchas veces y me dice que ella no quiere morirse, ni que yo me muera. En fin que no sé si hice lo más acertado pero es lo que hice.