Una fue porque vivía fuera y trabajaba los sábados también y no era cuestión de empalmar la noche (que una ya no tenía edad para eso jejeje) y la otra cuando nació Casandra, porque la peque era muy pequeña y me necesitaba y yo a ella.
Ahora que las dos duermen de tirón (sí desde las 9 hasta las 9) , me voy más tranquila. Pero debo agradecérselo a mi marido, sin su apoyo, sin el cariño que nos demuestra no podría hacerlo.
Mis hijas están encantadas, de hecho la pequeña me hecha de casa para estar con su padre a solas , "mamá vete a gimnasio".
En fin ya os contaré, a ver si me puedo pegar algún bailoteo que tengo ganas.