Ahora ya os cuento como fue todo. Los pobres querían invitarnos a comer a mis hermanas y a mi, yernos y sobrinos.. pero nosotros les hemos ido dando largas, a lo cual ellos supongo que no entendían nada.
El caso es que les preparamos una cena sorpresa con la familia mas allegada y sus amigos del alma, en total 30 personas. Mi hermana mediana y mi cuñado les llevaron engañados al restaurante diciéndoles que iban a cenar allí y cuando llegaron nos vieron allí a todos. No os podeis imaginar la cara que se les quedó a mis padres, esos ojos de emoción y agradecimiento no los olvidaré jamás .
Pasamos una velada muy muy divertida, pero sobre todo entrañable. Mis padres parecían unos recién casados y mis hermanas y yo no podíamos estar mas felices. Cuando se fueron para casa mi padre le dijo a mi hermana que era el padre mas orgulloso del mundo y que no les podíamos haber hecho un regalo mejor. Mi hermana le dijo que las que estamos orgullosísimas de ellos somos nosotras, y así es... mi padre se fue llorando de felicidad.
Chicas perdonand el rollo, pero sé que no tendré a mi padres conmigo por mucho tiempo y lo que vivimos el viernes es irrepetible. Gracias por leerme.